Justicia eclesiástica y justicia secular en el Río de la Plata colonial: la “visita de testamentos” en el obispado de Buenos Aires

ROCA, FACUNDO

Tandil

Workshop; III Workshop internacional "Actores, Objetos y Representaciones en la Temprana Modernidad"; 2023

Los testamentos o últimas voluntades eran tradicionalmente una de las cinco materias -junto con los sacramentos, los beneficios, los juramentos y los pecados- en las que poseían “competencia objetiva” los jueces eclesiásticos. Esta prerrogativa de la jurisdicción diocesana obedecía al interés manifiesto de la Iglesia de velar por el cumplimiento de los legados y mandas piadosas instituidas por los testadores, garantizando a su vez la recaudación de los derechos y obvenciones correspondientes a los párrocos y prelados. En la ciudad de Buenos Aires, el juzgado de capellanías y obras pías -bajo mandato del obispo o del provisor eclesiástico- ejercía tradicionalmente la “visita” o inspección de los expedientes sucesorios tramitados ante los juzgados de primer y segundo voto del cabildo. En las ciudades, pueblos y villas del interior del obispado, esta facultad se encontraba delegada en los curas y vicarios eclesiásticos de las diferentes parroquias de la diócesis. Asimismo, el propio obispo -al momento de realizar su visita episcopal- ejercía una labor de control sobre el accionar de los párrocos en esta materia. De esta forma, los prelados y máximas autoridades diocesanas aspiraban a intervenir activamente en la recaudación y distribución de los bienes legados por los fieles. Sin embargo, la competencia concurrente de ambas justicias en esta materia dio lugar a una serie de conflictos y disputas jurisdiccionales a lo largo de todo el siglo XVIII. Si bien la Corona -en el contexto regalista de la segunda mitad de la centuria- procuró limitar drásticamente la injerencia de la mitra en este tema, las disputas entre jueces eclesiásticos y seculares no dejaron de sucederse a lo largo de todo el siglo. En este trabajo analizamos dos de estos conflictos, que tuvieron como protagonistas a sendos prelados bonaerenses: los obispos Cayetano Marcellano y Agramont (1752-1755) y Benito Lué y Riega (1803-1805).