INVESTIGADORES
BONVILLANI Andrea
capítulos de libros
Título:
Investigar como alojar
Autor/es:
ANDREA BONVILLANI
Libro:
Re-existencias juveniles en Colombia. Itinerancias desde la educación popular y la construcción de paz
Editorial:
Universidad Pedagógica Nacional, CINDE Manizales, Universidad de Manizales y Colciencias
Referencias:
Año: 2018; p. 13 - 15
Resumen:
Investigar como alojar Siempre es una alegría saber de la publicación de un libro. En este caso lo es más porque se trata de un aporte a la discusión actual sobre la construcción de la paz en Colombia. Huelgan las palabras para señalar la importancia de una acción con ese sentido. A lo largo del libro se despliega el esfuerzo por reportar un proceso investigativo de tres años, solventado por un intenso trabajo de campo en distintas localidades y regiones de este maravilloso y diverso país. Dicho trabajo supuso la integración de una decena de investigadores y colectivos juveniles, que se sumaron al proyecto en distintas etapas, a saber: Multipropaz de Cali, Cabildo Indígena de la Universidad del Valle CIU, Ruta Joven - Ruta Pacifica de las Mujeres de Risaralda, Colectivo ambientalista A Desalambrar de Pereira y Kolectivo Antimilitarista de Medellín, Fundación comunitaria Huellas de Vida de Manizales, Articulación Juvenil de Medellín, Colectivo la India de Filandia (Quindío), Teatro Escondido y Clowers del Barrio la Mariela (Armenia). El trabajo que aquí se sistematiza y se hace público, presenta diversas aristas destacables. En primer término, decir que esta producción se ocupa de un tema absolutamente valioso como es los sentidos y las prácticas que los y las jóvenes colombianas/os producen en torno a la paz y a la noviolencia. Lo hace desde la convicción y el compromiso que estos sentires y estas construcciones simbólicas juveniles no son anécdotas a ser recogidas a modo de mera ilustración, sino que son piezas de un rompecabezas que muestran la carnadura existencial de los dolores pero también de las esperanzas que ellas y ellos son capaces de agenciar. En coherencia con lo anterior, se le ha dado un lugar al proceso de encuentro y acuerdos con cada uno de estos colectivos, en tanto se lo integra a la propuesta en términos de un insumo metodológico desde el cual pensar sobre la investigación, tal como aparece reflejado en los primeros apartados del libro. Todos los que hacemos investigación sabemos claramente lo que supone coordinar tiempos, espacios y saberes de quienes atraviesan la experiencia desde trayectorias y expectativas no necesariamente equivalentes. Hay que decir que este punto parece muy bien sorteado, de acuerdo a lo que el libro como producto permite avizorar. Quisiera destacar una dimensión especialmente relevante de esta producción: el alojar la voz de los directamente afectados en este proceso, sin descuidar la implicación de los propios investigadores. Se trata de un trabajo de orfebrería de la palabra en el cual se muestran las hendiduras y los cruces entre las texturas semióticas que se ponen en diálogo. Es una articulación compleja que muestra una actitud responsable y comprometida de parte de los investigadores, en tanto no se presenta como un ?dar la voz? sino justamente como un hacerle lugar en la conversación que se establece en esta relación humana que es la investigación. Alojar es comprender radicalmente que los que ocupan el sitial de la afectación directa ya tienen una voz, o, en todo caso, no dependen de nosotros para expresarse. Más bien se trata del cercenamiento de ser considerados legítimos hablantes. Alojar implica entonces entrar en diálogo con el otro-joven reconociendo nuestras diferencias sin que eso suponga des-igualación. Pero también los jóvenes nos alojan a nosotros, cuando nos abren las puertas de sus barrios, sus escuelas, sus lugares de encuentro. Ocurre esa magia cuando nos alojamos mutuamente. Desde mi perspectiva, eso es investigar. Algo de eso muestra este libro. Esto se traduce en la coherencia lograda entre posiciones epistemológicas y decisiones metodológicas que atraviesa el texto, las cuales permiten rendir tributo una vez más a la herencia de la Educación popular. En este marco otra dimensión a destacar es la implicación emocional de los investigadores respecto del proceso humano llevado a cabo, lo cual se trasunta en algunos pasajes del libro cuando se inscriben las prácticas investigativas en términos de una relación social. Ese acompañar la escritura subjetiva de las re-existencias juveniles en Colombia es un aporte excepcional para sentir-pensar-haciendo investigación. Finalmente, una mención especial merece la iniciativa denominada Escuela itinerante de saberes, que implica nada más y nada menos que transformar territorios de guerra, es espacios de encuentro, de reconstrucción de saberes, sentidos compartidos y formas de resistencia para la noviolencia. Estos procesos fueron dinamizados en el marco del proyecto de investigación que recoge este libro y que entonces ha permitido llevar a la acción una apuesta que debe estar en el horizonte de nuestras prácticas: conocer para transformar. Andrea Bonvillani Ciudad de Córdoba, Argentina. Casi septiembre de 2017.