INVESTIGADORES
ZABALA Mariela Eleonora
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Título:
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Autor/es:
MARIELA ELEONORA ZABALA
Libro:
El americanismo germano en la antropología argentina de fines del siglo XIX al siglo XX
Editorial:
CICCUS
Referencias:
Año: 2019; p. 10 - 15
Resumen:
Comentario de Mariela ZabalaLeer el artículo de Daniel D. Delfino y Gustavo Pisani me interpeló y trajo a la memoria el trabajo de campo que hice como antropóloga en Laguna Blanca (Catamarca) para conocer el modo de aprender el métier antropológico cultural, con orientación norteamericana, de los estudiantes de la Escuela de Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba en la década de 1960 (2011-2015). También cuando hice trabajo de campo en la Academia Nacional de Ciencias para conocer los precursores de los estudios etnográficos en Córdoba (2007-2010). En esa oportunidad descubrí a Monseñor Pablo Cabrera (1857-1936), un hombre de la iglesia católica de Córdoba que cabalgó entre las verdades religiosas y las verdades de la ciencia positivista moderna generando conocimientos sobre ?los indios? y sus lenguas, así como coleccionando objetos religiosos, artísticos, folklóricos y arqueológicos. En tiempos de la modernización del país y de las ciencias positivistas hubiera sido impensable que un sacerdote con un paradigma humanista cristiano fuese miembro de la Academia Nacional de Ciencias junto a botánicos alemanes, entre ellos Paul Günter Lorentz (1835-1881). Este investigador a pesar de ir interesado por las plantas, también vió el lado humano de esa comunidad en Laguna Blanca, como dan cuenta los autores del artículo.Así como el botánico alemán llegaba a Laguna Blanca en tiempos de la construcción del Estado Nacional con el fin de ?inventariar la naturaleza?, el antropólogo cultural José Cruz iba a indagar si esta comunidad ?aislada? debía ser incorporado o no a la ?Cultura Nacional? (Cruz, ?Vida y aislamiento. Un enfoque antropológico del ciclo de vital en Laguna Blanca, Catamarca? en Revista del Museo de La Plata, tomo VI, Antropología nº 35, Universidad Nacional de La Plata. 1967) desde un paradigma modernizador y culturalista. Ambos eran parte de un proyecto de política científica nacional, aunque el primero desde ?el nuevo paradigma, modelo de las ciencias naturales que venía a desplazar al de las humanidades, el positivismo científico como la forma moderna de conocer al mundo y explicarlo, incluido el espacio celeste?; el segundo lo hacía desde el paradigma de las ciencias antropológicas norteamericana. A pesar de la confluencia acerca de que ambos modelos de ciencia eran internacionales, aunque uno alemán y el otro norteamericano, las particularidades las daba ?el destino del viaje? y la preocupación por el vínculo con el Estado Nacional. Otros trabajos que se hicieron en Laguna Blanca, desde la Universidad Nacional de Córdoba, fueron el de Judith Antonello ?El mundo mágico religioso en una comunidad aislada: Laguna Blanca, Seminario de Investigación Carrera de Historia? (1968), Iván Baigorria ?Cultura y personalidad de una localidad aislada, Seminario de Investigación Carrera de Historia? (1968) y Susana Assandri ?Sistema de parentesco en una comunidad aislada: Laguna Blanca, Seminario de Investigación Carrera de Historia? (1968). Si bien en las carátulas de las tesis figura como director el profesor y arqueológo entreriaño Antonio Serrano, el proyecto de investigación ?Análisis Comunitario de una Localidad Aislada: Laguna Blanca?, estuvo dirigido por el profesor Cruz en el Instituto de Antropología de la UNC y subsidiado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Cruz durante los años 1963-1966 se desempeñó como docente en la Escuela de Historia. El destino del viaje, del trabajo de campo y el lugar de la adscripción institucional de las personas parecen ser puntos en común. Córdoba y sus estudiosos, desde mediados del siglo XIX, tuvieron como ?lugar? exótico, distante y distinto para ir a conocer las poblaciones, flora, minerales y fauna era la provincia de Catamarca. Estas investigaciones las hicieron a través de lo que conceptualizamos como trabajo de campo. Es decir, ir al lugar para recolectar información de forma de personal, permanecer por un largo periodo de tiempo y conocer ?otros modos de vida? distintos al propio del investigador. Estos destinos eran entendidos como realidades inéditas del mundo del investigador. Pereciera que los lagunistas nunca dejan de sorprender, intrigar e interesar a los investigadores desde distintos campos de saber.