Pensar, elegir, aparecer: el pensamiento y su relación con el mundo de las apariencias

MILOTICH ALEJANDRO

En la lengua materna. Ensayos sobre La vida del espíritu de Hannah Arendt

Área de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades - UNC

Lugar: Córdoba; Año: 2023; p. 19 - 33

En las primeras líneas de La vida del espíritu, Hannah Arendt realiza una afirmación que servirá como base para el libro: vivimos en un mundo en el que Ser y Apariencia coinciden. Esta afirmación da lugar a todo un desarrollo fenomenológico que, aunque a primera vista parezca un “retorno” a cierta meditación centrada solo en la vida contemplativa, tiene grandes consecuencias para la llamada filosofía práctica, en particular para la política y la ética. Las facultades del espíritu (pensamiento, voluntad y juicio) se caracterizan por ser invisibles, por no tener un espacio de aparición propio en el mundo que percibimos por medio de los sentidos. Pero sí se relacionan de algún modo con el mundo de las apariencias ya que acontecen en seres que participan en dicho mundo. Mientras que la voluntad y el juicio son aquellas facultades que están “más cerca”, intencionalmente hablando, del mundo de las apariencias, el pensamiento se caracteriza por una retirada total; y a la vez, aunque las facultades son autónomas y no se determinan unas a las otras, Arendt resalta una prioridad del pensamiento respecto de la voluntad y el juicio porque sin los objetos que proporciona el pensamiento no sería posible la actividad reflexiva de las otras facultades. La pregunta que surge es de qué manera el pensamiento se relaciona con el mundo de las apariencias teniendo en cuenta, por un lado, que para pensar debemos retirarnos temporalmente del mundo dado a los sentidos y, por otro lado, que sin la actividad del pensamiento las otras facultades no tendrían objetos con los cuales ponerse en marcha. En este trabajo buscaremos esclarecer la relación entre la facultad de pensar y el mundo de las apariencias tomando como eje de lectura que los seres humanos pueden escoger, hasta cierto punto, cómo desean aparecer en el mundo. Sostendremos que en esta elección la facultad de pensar es central por el efecto que tiene en la facultad del juicio, que estará estrechamente relacionada con las cuestiones morales.