La justicia distributiva en cuestión. Tensiones entre forma y contenido según K. Marx

MARTÍN, SEBASTIÁN

Viedma

Encuentro; VIII Encuentro Patagónico de Teoría Política; 2019

Centro Universitario Regional Zona Atlántica - Universidad Nacional del Comahue

Uno de los escritos más frecuentados a la hora de examinar la cuestión de la justicia en Marx suele ser la Crítica al programa de Gotha, trabajo realizado 1875 bajo la forma de una serie de notas críticas al programa con el que los socialistas alemanes se unificaron. Tras la muerte del pensador, fue publicado en 1891 por Engels. En estos apuntes el autor aborda expresamente una forma específica de comprender la justicia que procura, de modo un tanto lacónico, desmontar. En cualquier caso, a pesar de su breve extensión, sus afirmaciones incisivas nos ponen en contacto con el Marx lector, ese que con sentido (no solo ojo) certero sabe detenerse y demorarse con precisión quirúrgica en aquellos detalles de la forma, del estilo, por los que la matriz de pensamiento "crítico crítico" puede inmiscuir su contenido. La idea que va a rechazar de plano, por entenderla insuficiente, es la de la justicia como materia que refiere, en última instancia, a una cuestión meramente distributiva. Esta tesis, central en el texto, creemos que puede adquirir nuevos sentidos si la ponemos en relación con una producción temprana de Marx, también, al igual que el antes mencionado, un trabajo que permaneciera inédito, solo que este por largos años, y que viera la luz ya avanzado el siglo XX, más precisamente en 1932. Estamos hablando aquí de los cuadernos parisinos, esos que se conocen como Manuscritos económico filosóficos de 1844. Dos obras entonces inéditas, póstumas, redactadas en circunstancias históricas y personales distintas, separados entre sí por más de 30 años, a pesar de ello, esta es nuestra tesis, dos escritos que dialogan, que se remiten mutuamente uno al otro, que se clarifican, se complementan y se desafían convidando siempre a continuar la tarea de la crítica y el pensar.Veremos que, en Marx, hacer de la justica una empresa distributiva no solo es insuficiente sino, además, manifiesta expresión de un ratio que confunde arbitrariamente hombre y proletario, que obedece a un "deseo de igualación" que hace del ser humano una "abstracción y un vientre". La distribución de bienes de consumo como satisfactores de necesidades presupone una distribución previa, más originaria, que asigna a los hombres lugares, espacios desde los que apropiarse, producir y habitar el mundo, lo que constituye un trazado de posibilidades de existencia. Es el lugar ocupado en el seno de la sociedad el que determina la estructura de la necesidad. Este régimen de distribución de posibilidades de ser preestablecidas es lo que Marx busca desmontar y aniquilar pues no existe un reemplazo mejor, solo el despejar, abrir el claro en el que pueda florecer la potencia de ser en total libertad.