¿Hay que poner el cuerpo?: Torsiones para erosionar los feminismos

BERTONA, LUCÍA; MASTROLINARDO, GIANNA

San Salvador de Jujuy

Congreso; XV Jornadas Nacionales de Historia de las mujeres y X Congreso Iberoamericano de Estudios de Género; 2023

Universidad Nacional de Jujuy

“Hay que salir a la calle a ponerle el cuerpo a la lucha, compañeres” ¿Quién no escuchó esta frase rosonando desde un megáfono en alguna movilización feminista? ¿o la leyó escrita en los pasillos de las universidades? ¿y en alguna rosca entre compañeres activistas?. Pero, algo de todo esto a nosotras nos estruja las tripas: ¿que cuerpos?, ¿cómo vamos a accesibilizar las luchas para todos los cuerpos?, ¿qué tiempos y espacios corporales se nos representan en imágenes a partir de escuchar ese lema histórico?. Este lema, que se ha utilizado para la disputa en relación a la ampliación de derechos, a las transformaciones estructurales y también como respuesta a la violencia política por parte de los aparatos represivos del Estado; produce fronteras en torno a la acción política colectiva. Lo queremos decir fácil y sin vueltas: la ideología de la normalidad (Rosato, A. et.al. (2009) y la integridad corporal obligatoria (McRuer, R. (2021 [2006]) también están presentes en las prácticas de los movimientos políticos y sociales. Nos interesa en esta oportunidad, interpelar específicamente lo sedimentado y cristalizado en el movimiento feminista. Sospechamos de todo aquello que no se propone una erosión.Creemos que en nuestros feminismos y activismos, sigue operando -y peor aún, no problematizamos lo suficiente- un régimen político de la normalización de los cuerpos como sesgo naturalizado en nuestra construcción política colectiva. Este ejercicio de acentuar sobre la urgente necesidad de ampliación de la conciencia crítica, claramente conlleva desocultar verdades y certezas, y por lo tanto incomodarnos con el hacernos otras preguntas. Desde los feminismos, venimos forjando la posibilidad que nos arrebató el neoliberalismo, de imaginar otros futuros para nuestras vidas. Pero desde los márgenes de esa posibilidad nos gritan otras voces, a las que se les exige qué “poner el cuerpo en la calle” sería la única vía de la política para la transformación social. Nos preguntamos juntas entonces, en cómo construímos ese “entre” de las relaciones sociales activistas, para poder crear propuestas que desarmen el “sí se puede” neoliberal, ligado a todos los cuerpos y todos los contextos. Es momento de pensar en experiencias situadas desde y con aquellas corporalidades que se encuentran en las luchas desde otras prácticas, lugares, tiempos y posibilidades.