Racismo del cuerpo y vivencias afectivas de segregación. Un diálogo con Norbert Elias

SZAPU, EZEQUIEL

Salvador, Bahía

Simposio; XIX Simposio Internacional Procesos Civilizadores ?El racismo y la expansión del proceso civilizatorio: ayer, hoy y devenires?; 2022

Grupo internacional Processos Civilizadores en conjunto con la Universidade do Estado da Bahía (UNEB) y el Instituto Federal Bahía (IFBA)

A partir del análisis de la sociabilidad juvenil en la escuela es posible advertir el modo en que se asocia a quienes son portadores de determinadas características físicas con toda una serie de atributos considerados como negativos. El tono de piel, así como algunos rasgos del rostro y del cuerpo en general, son utilizados para justificar el uso de diferentes prácticas de violencia. Se produce así un proceso de inferiorización al que puede denominarse como racismo del cuerpo.Las lógicas de todo racismo están tensionadas por un principio de distinción y diferenciación por parte de quienes detentan una posición y una creencia de superioridad. En la investigación que da lugar a esta ponencia, las y los jóvenes entrevistados se clasifican y autoclasifican en dos grandes configuraciones a las que asignaban el nombre de “negros” y “caretas”. La identificación de grupos, generalmente categorizados desde una mirada dicotómica entre un “ellos” y un “nosotros” responde a la dinámica entre establecidos y marginados propuesta en el trabajo de Elias y Scotson (2016).Las formas de discriminación que se profesan debido a la apariencia física, se anclan en determinados contextos culturales que le dan sentido. Estos principios clasificatorios tienden a reproducir procesos de segregación y exclusión de modo tal que operan en las dinámicas de estigmatización. Estas lógicas sociales de interacción se reproducen tanto dentro como fuera de las escuelas y las y los jóvenes forman parte integral de las mismas no solo a partir de sus acciones, sino también mediante sus vivencias emotivas. Dichos fenómenos grupales e individuales no pueden ser leídos sino es teniendo en cuenta que los procesos sociales se imbrican con los psicológicos en una relación dialéctica.En este sentido, el racismo del cuerpo se expresa en los modos de la interacción escolar donde unos grupos se creen superiores y subsumen a los otros a quienes consideran de menor valía social mediante el ejercicio de violencia ya sea física o verbal. Los juicios estigmatizantes denotan una relación de poder entre establecidos y marginados, generando en estos últimos sentimientos de exclusión que producen un efecto de vacío existencial. Las burlas, aplicación de etiquetas, golpes, indiferencia u otras formas de discriminación, dejan marcas simbólicas que son interiorizadas como un dolor social.Centrándonos en la corporalidad de las y los jóvenes como signo de distinción y espacio de tensión en la conformación de grupos, es que el concepto de racismo del cuerpo toma relevancia y puede ser de utilidad para analizar las dinámicas de estigmatización y desnaturalizar ciertos procesos que operan en la doxa.