Malezas en borde y dentro del lote en cultivos estivales del sureste de Córdoba

NUÑEZ, C; AMUCHASTEGUI, A; MENEGUZZI, R; ZORZA, E; DAITA, F; MULKO, J; FORESTO, E

Congreso; XVI Jornadas Fitosanitarias Argentinas; 2018

Los márgenes de los campos son ampliamente reconocidos como las características del paisaje que sustentan la biodiversidad agrícola (Marshall y Moonen 2002; Marshall, 2004; Torreta y Poggio, 2014). La diversidad vegetal a lo largo de los márgenes de los campos podrían funcionar como hábitat o corredores para beneficiar a gran cantidad de pequeños mamíferos (Coda et al., 2015), artrópodos benéficos, tales como polinadores, predatores o parasitoides que potencialmente podrían regular poblaciones de plagas (Marshall et al., 2002; Roy et al., 2003) y aves (Di Giacomo, et al., 2010).Según Altieri (1994), en los ecosistemas naturales, la biodiversidad provee diversos servicios ecológicos, además de los más conocidos (alimentos, fibras y combustibles), otros no menos importantes son reciclado de nutrientes, control local del microclima, regulación local de procesos hidrológicos, detoxificación de químicos nocivos, control de la erosión. Estos procesos y servicios son y seguirán siendo renovables mientras se mantenga la biodiversidad del ecosistema. La agricultura altera estas relaciones y es por ello que impacta drásticamente sobre los ecosistemas naturales y la biodiversidad a través de dos procesos principales: su expansión sobre ambientes naturales y su intensificación en la búsqueda de mayores rendimientos (Donald et al., 2001; Wilson et al., 1999).