BECAS
GRIMALDI Pablo AndrÉs
congresos y reuniones científicas
Título:
USO Y VALORACIÓN DE LAS PLANTAS DEL MONTE POR ?PEQUEÑOS PRODUCTORES? DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO
Autor/es:
GRIMALDI PABLO ANDRES; CILLA GABRIELA; MOREND SOL; MAROZZI PAOLA; GUZMÁN ANALIA
Lugar:
La Rioja
Reunión:
Congreso; IX Congreso del Foro de Universidades para la Agricultura Familiar; 2018
Institución organizadora:
Universidad Nacional de La Rioja-INTA
Resumen:
Se conoce que las comunidades santiagueñas hacen un uso integral de los recursos del monte desde tiempos prehispánicos, como leña, alimento, forraje, tintes, entre otros. El cambio de uso de la tierra, en particular la deforestación, y los procesos de globalización impactan sobre la cultura de los pobladores afectando sus conocimientos sobre el entorno natural y sus formas tradicionales de manejo. Con el objetivo de realizar una primera aproximación para determinar los usos y la valoración dados a los recursos del monte por pequeños productores de la provincia, se trabajó con cuatro modelos que representan diferentes estilos de producción familiar de alto, medio y bajo nivel de capitalización: Don Francisco, Don Ricardo, Doña Marqueza y Don Julio. El de bajo nivel de capitalización se ubica en el área de secano, con factores ambientales condicionantes marcados para el desarrollo productivo/económico, y los tres restantes están localizados en el área de riego. El sistema de Don Francisco, ubicado en el paraje El Polear, Dpto. Banda, produce queso de cabra (actividad principal), cerdos y derivados; y ofrece turismo rural. El sistema de Don Ricardo, situado en el paraje Los Pereyra, Dpto. Robles, se dedica a la producción de aves de corral, cerdos y cultivo de especies forrajeras como alfalfa (Medicago sativa L.), sorgo (Sorghum sp.) y maíz (Zea mays L.), especies frutales como manzana y durazno que utiliza para la preparación de dulces; su principal fuente de ingreso es la venta de pollos y alfalfa. El sistema de Doña Marqueza, situado en el paraje Santa Isabel, Dpto. Atamisqui, se dedica a la cría y venta de cabritos. Don Julio, integra el sistema de producción comunal ?Colonia Jaime?, encargándose de la actividad apícola. Dicha comunidad se ubica en, Dpto. Robles, la producción es diversificada y tecnificada destinada al autoconsumo y a la venta, siendo la apicultura la única actividad que promueve el uso no maderero del bosque. Para relevar las especies vegetales que los productores conocen, sus nombres vernáculos y los usos asociados, se realizaron caminatas participativas y entrevistas semiestructuradas. Además, con el propósito de unificar nombres comunes y/o usos, se trabajó con una lista prefijada de etnoespecies vegetales, las cuales fueron mostradas a los entrevistados (checklist interview) utilizando un herbario. Se siguió las categorías de usos propuestas por Togo et al. (1990), ordenando las distintas etnoespecies citadas en: alimenticio (especies que contribuyen a la dieta familiar), medicinal (especies que se consumen o aplican, incluidas aquellas con sentido mágico-religioso), industrial (uso doméstico artesanal o industrial) y otros (categorías no definidas anteriormente tales como forraje para animales domésticos y ganado). Como resultado del trabajo de campo se relevaron un total de 137 datos etnobotánicos referentes a 48 especies vegetales, distribuidas en 24 familias y un total de 54 nombres vernáculos. El uso que presenta mayor cantidad de citas es forraje con 34 especies. Entre ellas se nombran principalmente a Prosopis alba, Prosopis nigra, Atriplex suberecta como forrajeras caprinas y Schinopsis lorentzii, Vachellia aroma, Baccharis salicifolia como forrajeras apícolas. Con respecto al uso industrial, se reconocen 10 especies; para construcción se nombran a Schinopsis lorentzii y Prosopis nigra, para herramientas a Tabebuia nodosa y para leña a Prosopis ruscifolia y Aspidosperma quebracho-blanco. Se reconocieron 9 citas para plantas medicinales (Geoffroea decorticans, Schkuhria pinnata, Modiolastrum malvifolium, Alternanthera pungens) siendo los dolores de garganta y estomacales las afecciones más tratadas. En particular, Don Francisco utiliza 17 especies, asociadas principalmente al pastoreo caprino; sin embargo, presenta un conocimiento parcial de los recursos forrajeros que aprovechan sus cabras. Esto podría deberse a que no es él quien realiza la actividad de manejo de la majada en el monte, sino Don Gómez, persona de confianza y ayudante que conoce el espacio y lo recorre diariamente; el cual presentan un amplio conocimiento de las especies, sus nombres vernáculos y aspectos ecológicos de importancia para el manejo de las cabras. El grupo familiar de Don Ricardo reconocen y manejan un total de 16 especies, sin embargo el conocimiento sobre los distintos tipos de usos que presentan las especies del monte es parcial, porque solo utiliza de forma efectiva las especies con fines industriales como leña y construcción y como forraje. Doña Marqueza y su familia emplean integralmente los recursos del monte, reconociendo y manejando 35 especies vegetales. Dicho saber se ve reflejado en las actividades cotidianas que realizan como ser: extracción de leña para consumo familiar, recolección de frutos con base principalmente forrajero para la alimentación de sus cabras, cuidado de la salud, producción de tintes artesanales, fabricación artesanal de postes, muebles, o enseres para el hogar. Es en este sistema productivo donde se citan usos únicos como es la utilización los frutos de Solanum elaeagnifolium como fuegos artificiales por los niños durante ciertas festividades religiosas. Por último, Don Julio, tiene conocimiento de 18 especies, que representan la base forrajera para sus colmenas, pero no hace uso directo de los recursos del monte ni conoce de sus aplicaciones. Si bien se observa que el uso del monte disminuye y varía de acuerdo al nivel de capitalización, la valoración de los recursos y el conocimiento tradicional está estrechamente relacionado al tipo de actividad que se realiza, procedencia de mano de obra (familiar y/o externa), historia de vida, crianza y filiación cultural. Es por esto que la disminución de las áreas de monte y el aumento de terrenos explotados para la agricultura afectan de manera desigual a las unidades productivas en estudio, siendo los de menor nivel de capitalización los más vulnerables. Para Doña Marqueza y su familia, la pérdida del monte implica la desaparición del lugar donde abastecer gran parte de sus necesidades materiales y espirituales, donde se vive y se gana el sustento, donde ?para encontrar lo que se usa hay que ir cada vez más lejos a buscarlo?.