BECAS
SUED Emiliano Isaac
congresos y reuniones científicas
Título:
22. 030 más Florencio Varela: sangre, mártires y testimonios
Autor/es:
EMILIANO SUED
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; XXV Jornadas de Investigación; 2012
Institución organizadora:
Instituto de Literatura Hispanoamericana
Resumen:
Las Tablas de sangre (1843), de José Rivera Indarte, son un compendio de algunos de los hechos narrados y analizados en Rosas y sus opositores, obra inmediatamente anterior, y una sumatoria cuyo resultado final es 22. 030. En 1842, este autor escribe lo que podríamos llamar la versión anterior de las Tablas, titulada Efemérides de las matanzas y los degüellos de Rosas. El orden calendarista de este primer texto será sustituido al año siguiente por el orden alfabético: los muertos que antes ocupaban una posición de acuerdo con la fecha de su muerte, en el texto del 43 aparecen ordenados a partir de la primera letra de su apellido. El ordenamiento alfabético, quizá no del todo explotado (o explotado de manera poco consecuente) por Rivera Indarte, acoge el índice de víctimas o sumandos, al mismo tiempo que habilita algún que otro punto de fuga que extiende o pone en crisis las fronteras de las tablas de la sangre derramada por culpa de Rosas. La confección de las Tablas es apenas posterior a la formación de lo que el texto denomina una ?comisión pública establecida en Montevideo para recoger testimonios sobre las atrocidades del ejército de Rosas en la República Oriental?. Es decir que una de las fuentes principales de lo publicado por Indarte es el registro escrito de los relatos orales de aquellos que durante julio de 1843 ?meses después del comienzo del sitio de Montevideo? se presentaron ante dicha comisión. En 1848 se produce el asesinato de Florencio Varela. El hecho ocurre durante su exilio en la Banda Oriental, transcurridos ya cinco años del largo sitio. Varela reúne en un sintagma copulativo los términos de la disyuntiva formulada por Ricardo Piglia en su lectura del Facundo y ?El matadero?: ya no exilio o muerte, sino exilio y muerte. En marzo de 1849, José Mármol, a modo de síntesis retrospectiva, sentencia: ?El año 48 ha sido testigo de muchos desengaños y muchas desgracias en el Plata?. Se trata del comienzo de un folleto titulado Asesinato del Sr. Dr. D. Florencio Varela, redactor del Comercio del Plata, en Montevideo. La prosa romántica y la intención de conmover se mezclan también con cierta voluntad realista y con una propuesta documentalista. Para dar cuenta de la herida de Varela, el texto incorpora el discurso forense. También aparecerán los testimonios de los cómplices del asesino y de aquellos que han visto u oído algo en relación con el crimen, cuyas declaraciones ante las autoridades serán presenciadas por el propio Mármol, convertido de este modo en testigo del testimonio. Así, el relato del crimen adquiere por momentos la forma del informe judicial. La prosa se contagia del proceso y se carga de precisiones espacio-temporales, de medidas, de datos sobre la dinámica social de la ciudad y de información circunstancial; todo ello colabora con el razonamiento causal y responde al proyecto de construir una verdad que se incorpore al relato de la historia contemporánea; en síntesis, rasgos formales, decisiones estéticas que se repetirán años después y matizarán el romanticismo de Amalia.