BECAS
SUED Emiliano Isaac
artículos
Título:
Sobre censura y corrección. De la sustitución a la transposición
Autor/es:
EMILIANO SUED
Revista:
Revista Argentina de Musicología
Editorial:
Asociación Argentina de Musicología
Referencias:
Año: 2016
ISSN:
1666-1060
Resumen:
Luego del levantamiento militar del 4 de junio de 1943, las autoridades tomaron la decisión de aplicar severa y sistemáticamente la legislación que desde 1933 regulaba las emisiones radiales. Su objetivo era purificar el lenguaje, proteger el "buen gusto" y transmitir ciertos valores morales. Comienza entonces una nueva etapa de censura radial que duraría seis años y en la que las letras de tango fueron uno de los blancos del aparato contralor. La mayor parte de las modificaciones fueron hechas por los propios letristas. En algunos casos, la sustitución fue una mera traducción, como la de "percanta" por "muchacha". En otros, la rima o la métrica impusieron ciertas restricciones. Dada esta situación, las formas adecuadas para pasar la prueba de la censura resultaron variantes de muy diverso estilo. En el primer verso de "Moneda de cobre", la versión parcialmente adecentada sustituye "tu padre era rubio, borracho y malevo" por "tu padre era rubio, buen mozo y malevo". Hubo tangos en los que la maniobra de censura estaba orientada a morigerar las pasiones y velar ciertas aristas de la historia narrada -"Sentimiento gaucho", "Que nunca me falte"-, o a transformar su contenido político en otra cosa, como es el caso de "Al pie de la Santa Cruz". Quizás los ejemplos más extremos en cuanto a las modificaciones realizadas para satisfacer a los censores son dos tangos de Celedonio Flores: "Mano a mano" y "El bulín de la calle Ayacucho", que pasará a llamarse "Mi cuartito". Las opciones de sustitución de las letras que no se adecuaban a lo exigido por el organismo de control brindaban una oportunidad de burlarse de las autoridades y su estrecha concepción estética. Se dice que el propio Discépolo, que se negó a modificar sus letras, sugería en broma que su famoso "Yira? yira" pasara a llamarse "Da vueltas... da vueltas". En la década del cuarenta, Homero Manzi, Cátulo Castillo, José María Contursi y Homero Expósito prolongaron la tendencia de un tango escrito en un registro más elevado, ya dado en la década anterior por ciertas creaciones de Battistela, García Jiménez y Le Pera. Es decir que en paralelo a las reescrituras que buscaban adecuarse a la norma, se fue afirmando un nuevo estilo poético, en cuyo desarrollo los años de censura radial y un inevitable proceso interno de autocensura tuvieron una indudable participación.