PERSONAL DE APOYO
ATALIVA VÍctor Hugo
congresos y reuniones científicas
Título:
El poder de las marcas: representaciones rupestres y Estado en los confines del Territorio de Los Andes (Antofagasta de la Sierra, Puna de Atacama)
Autor/es:
VÍCTOR ATALIVA
Lugar:
San Miguel de Tucumán
Reunión:
Simposio; VIII Simposio Internacional de Arte Rupestre; 2010
Institución organizadora:
SIARB - Instituto Superior de Estudios Sociales (CONICET-UNT) - Instituto de Arqueología y Museo (UNT)
Resumen:
Hacia fines de siglo XIX, tres Estados nacionales convertirán la Puna de Atacama en un espacio de disputa internacional: Bolivia, Chile y Argentina incorporarán esta parte del altiplano a sus territorios nacionales. Tales inclusiones se efectivizan a partir de conflictos armados (entre Chile y Bolivia), un reconocimiento concensuado (entre Bolivia y Argentina) y mediaciones diplomáticas (entre Chile y Argentina). Antes, durante y después de la definitiva anexión, las sucesivas incorporaciones a los diferentes Estados involucraron distintas estrategias de apropiación material y simbólica de la puna (Benedetti 2003, 2005; Delgado y Göbel 2003; García y Rolandi 2003; Göbel 2003; Göbel y Delgado 1993; Haber 2003, 2006; Karasik 2003a, 2003b; entre otros).En 1899 se realiza un laudo arbitral por el que se incorpora la Puna de Atacama por consiguiente, Antofagasta de la Sierra, a la Argentina (Cerri 1993 [1903]). Tal anexión conllevará, con el tiempo, unas excursiones que concebirán al paisaje y a los puneños como objetos de saber, quedando incorporados así a una microfísica de poder (sensu Foucault 1998) tendiente a manipular los cuerpos indígenas y a coartar el uso autónomo de sus territorios (Karasik 2003a).En este marco, planteo aquí que los puneños de Antofagasta de la Sierra fueron acumulando experiencias con las sucesivas administraciones que les permitirán contar con capitales específicos para entablar las "nuevas" relaciones con el "nuevo" Estado al que son integrados. En todo caso, sugiero que hombres y mujeres de Antofagasta capitalizaron tales experiencias (con las administraciones boliviana y chilena) para posicionarse, con cierto margen de maniobra, frente a la "nueva" coyuntura (es decir, la anexión al Estado argentino). Las relaciones de poder no se conforman unidireccionalmente, sino que atraviesan a quienes intervienen, de manera tal que "definen puntos innumerables de enfrentamientos, focos de inestabilidad cada uno de los cuales comporta sus riesgos de conflicto, de luchas y de inversión por lo menos transitoria de las relaciones de fuerzas" (Foucault 1998: 34). Por lo tanto, no sólo deben enfatizarse las relaciones de poder que el Estado puso en práctica con los puneños, ya que dejamos de lado la propia capacidad de los agentes locales de generar estrategias (colectivas, familiares, personales) para responder activamente frente a los dispositivos de anexión, control y "argentinización" que las administraciones estatales pretendieron efectivizar hacia inicios del siglo XX.