Algunas reflexiones en torno al silencio y la violencia en la producción discursiva del sufrimiento

DÍAZ, MARÍA CECILIA

Córdoba

Jornada; 1º Jornadas Nacionales de Silencio; 2017

Universidad Nacional de Córdoba

En el presente trabajo parte de la premisa de que los discursos emocionales son idiomas para comunicar y constituir comunidad, y se encuentran atravesados por relaciones de poder que ayudan a mantener o a cuestionar. A su vez, gran parte de la vida política que estructura la comunidad se vincula con la exposición permanente a formas de violencia que revelan nuestra vulnerabilidad constitutiva, originaria, con respecto a otros seres humanos (Butler, 2006). ¿Qué tipos de discursos emocionales son construidos en medio de la violencia?, ¿qué tipos de experiencias habilitan?, ¿cómo pensar en los silencios que los constituyen? A partir de revisión bibliográfica, expondré tres formas a través de las cuales considero que emerge la relación entre violencia y silencio: como lo no dicho; lo que no puede ser escuchado y, por último, lo que no es (o no puede) ser recordado. Reflexionar sobre el silencio es una tarea compleja, ya que conlleva tener presente su interacción permanente con el contenido verbal del discurso y reconocer asimismo de qué manera, suscitado en situaciones particulares, micropolíticas, se vincula con dimensiones sociales, políticas e históricas más amplias. Si habla y silencio se implican mutuamente y las palabras producen las realidades que nombran, sostengo que el silencio, en tanto aquello que se encuentra en la frontera de lo decible, lo escuchable y lo recordable, tiene también un efecto performativo que produce cosas, espacios simbólicos, relaciones sociales, practicas, modos de gestión de si, olvidos, procesos de deshumanización y humanización-, por lo que puede ser abordado como un lenguaje (Das, 2007; Ross, 2001).