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El desenlace de la Guerra Fría marcó un punto de inflexión en el desarrollo de los partidos de izquierda a nivel mundial, y en especial en el ámbito de los partidos latinoamericanos. Dicha coyuntura crítica sumada a la restructuración neoliberal del capitalismo obligó a estas fuerzas políticas a una profunda revisión de sus estrategias y programas políticos. En el contexto latinoamericano, estos procesos se vieron atravesados por las salidas de las dictaduras y los procesos de democratización que culminaron a comienzos de los noventa. Dicha década significó una fuerte crisis para los partidos de izquierdas; sin embargo, lejos de haber sido terminal, dio lugar a un conjunto de transformaciones que caracterizaron el resurgir político de este sector en la etapa pos-neoliberal. Para dar cuenta de dichas reconfiguraciones se ha acuñado, ya sea en el campo académico como en los medios de comunicación, la distinción entre la ?vieja? y la ?nueva? izquierda latinoamericana. Esta distinción tiene por objetivo dar cuenta de las características inherentes a ambas construcciones conceptuales a partir de la forma de articulación con movimientos sociales, los paradigmas organizativos, la base social en la que se apoyan, los temas incluidos en sus agendas políticas, las nociones en torno a la democracia y las estrategias de interpelación a la ciudadanía. Justamente, esta última variable se pone de manifiesto en los escenarios electorales, en donde las izquierdas evidencian sus procesos de transformación programática a través de distintas estrategias instrumentales o expresivas (en términos de Sartori) en miras a establecer su ?territorio de caza? (Panebianco). Así, el análisis de las estrategias de interpelación a la ciudadanía nos da una pista para repensar la dicotomía entre ?nueva? y ?vieja? izquierda. En este sentido, la campaña comunicacional para las elecciones nacionales de 2011 de un sector de la izquierda (comúnmente asociado al término de ?vieja? izquierda), el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, nos permite analizar los patrones de interpelación a la ciudadanía propios de la ?nueva? y la ?vieja? izquierda. De esta manera, se pretende evidenciar las continuidades y rupturas entre ambos polos la dicotomía anteriormente señalada.

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