BECAS
CANO MarÍa Eugenia
congresos y reuniones científicas
Título:
Dimorfismo alar en Delphacodes kuscheli (INSECTA: Hemiptera), chicharrita transmisora del "Mal de Rio Cuarto del maíz" relación con la calidad alimenticia, tamaño corporal y carga de endosimbiontes
Autor/es:
BRENTASSI, ME; MACIÁ, N; DE LA FUENTE, D; CANO, ME
Lugar:
La Plata
Reunión:
Jornada; XVI Congreso y 13avas Jornadas de Educación; 2014
Institución organizadora:
Sociedad de Ciencias Morfológicas de La Plata
Resumen:
Delphacodes kuscheli es vector del Mal de Río Cuarto, severa enfermedad virósica del maíz. Esta chicharrita se alimenta de la savia del floema, de escaso contenido nutricional, por lo que establece simbiosis obligadas con microorganismos que complementan su dieta aumentando su ?fitness?. Exhibe dos morfos alares: macrópteros (capaces de dispersarse a grandes distancias) y braquípteros (de limitada capacidad de dispersión y mayor capacidad reproductiva). Estudios previos en laboratorio mostraron que el braquipterismo se expresa ante una mejor calidad nutricional de la planta (estado fenológico y zonas de crecimiento). También se detectaron endosimbiontes levaduriformes en huevos y tejido graso de ninfas y adultos. Se propuso analizar experimentalmente la influencia de la calidad alimentaria de diferentes zonas de plantas de avena, hospedante preferencial, sobre el tiempo de desarrollo ninfal y la proporción de morfos alares; se consideraron, para cada morfo alar y sexo, las relaciones morfológicas entre longitud corporal (desde el extremo cefálico al abdominal), peso corporal y carga de endosimbiontes. En la zona ligular (de mayor calidad alimenticia) predominaron adultos braquípteros (62%), mientras que en el ápice foliar (de menor calidad), lo hacen los macrópteros (83%) siendo el tiempo de desarrollo ninfal menor en hembras braquípteras. La longitud corporal fue mayor en braquípteros que en macrópteros. Existió una correlación positiva entre longitud y peso corporal. La carga de endosimbiontes fue mayor en hembras braquípteras y se correlacionó positivamente con el tamaño corporal (longitud y peso) siendo la longitud un buen predictor de la biomasa individual.