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El presente artículo se propone analizar el concepto de montaje como categoría analítica y metodológica para pensar las formas de narrar la historia y de producir imágenes. Se parte de la premisa de que el montaje constituye una forma particular de narrativa histórica y sus variaciones estéticas dan cuenta de una noción atravesada por múltiples dimensiones. En un primer momento, se rastrean las intervenciones estéticas de autores como Dziga Vertov, Sergei Eisenstein y de la vanguardia francesa a fin de presentar un posible enfoque teórico sobre el montaje que, a nuestro entender, asentó las bases para problematizar la articulación entre imagen e historia, retomada luego por autores contemporáneos. En un segundo momento, se analiza esta articulación a través de los aportes de Walter Benjamin (2009), Gilles Deleuze (2005a y 2005b) y Georges Didi-Huberman (1997, 2004a, 2004b, 2008). A partir de estas contribuciones teóricas, se irá delineando un posicionamiento de la actividad de montaje propicia para pensar no sólo las imágenes de la historia sino las formas de la memoria de acontecimientos y experiencias límite en los modos de rememoración del pasado. Estos aportes permiten comprender la escena de memoria como una ?experiencia imaginal?, donde el proceso de recordación acontece y se expone entre imágenes, fragmentos y testimonios de los/as sujetos de la rememoración. En este sentido, se sitúa esta experiencia imaginal de la memoria sobre las formas del montaje que desarrollan ciertas intervenciones audiovisuales realizadas por hijos e hijas de militantes detenidos-desaparecidos durante la última dictadura a fin de dar cuenta de una construcción novedosa de la escena de rememoración y de los modos de comprender la militancia revolucionaria de los años setenta en Argentina

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