BECAS
LÓPEZ MORALES HernÁn
congresos y reuniones científicas
Título:
Reconocimiento de emociones básicas faciales en población infantojuvenil
Autor/es:
LÓPEZ MORALES, HERNÁN; ZABALETTA, VERÓNICA; VIVAS, LETICIA; LÓPEZ, MARCELA; ZABALA, LUCÍA
Lugar:
Tucumán
Reunión:
Jornada; XV Reunión Nacional y IV Encuentro Internacional de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento.; 2015
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento
Resumen:
Introducción: El reconocimiento de emociones básicas faciales contribuye a la interpretación de mensajes y acciones de los demás, siendo componente central de la interacción interpersonal en la regulación de la conducta social; hecho que ha convertido su estudio en una línea importante de investigación para la Neurociencia Cognitiva Social. Paul Ekman demostró la existencia de seis expresiones faciales universales e innatas de emoción: alegría, sorpresa, asco, tristeza, ira y miedo. Si bien las etiquetas verbales y reglas culturales que rigen estas expresiones pueden modular las respuestas en contexto, tienen un valor de señal universal. A pesar de la exhaustiva investigación de los últimos años sobre reconocimiento de emociones básicas los estudios que lo relacionan con las diferencias entre sexos presentan algunas contradicciones, convirtiéndolo en un área de interés para la investigación. Sumado a lo expuesto, existe evidencia empírica que sugiere que la información genética ejerce influencia sobre las aptitudes sociales, vinculando al par doble de cromosomas X, presente en mujeres, como modulador del comportamiento. Diversos estudios atribuyen a las mujeres una mejor capacidad para evaluar, expresar y percibir emociones. Tales diferencias podrían haber surgido a partir de la historia evolutiva de la especie. El estudio de la relación entre el reconocimiento de emociones básicas faciales y el sexo ha sido mayormente profundizado en población adulta, dada la relevancia actual de las hipótesis de innatismo e influencia evolutiva, el presente trabajo se propone indagar la relación de dichas variables en población infanto-juvenil con la finalidad de valorar si estas relaciones están presentes desde temprana edad.Objetivo: Establecer si existen diferencias en el reconocimiento de emociones básicas en varones y mujeres de población infanto-juvenil. Método: Estudio con diseño observacional ex post facto retrospectivo con grupo simple, en una muestra compuesta por 140 niños y adolescentes. Como técnica de evaluación se utilizó una adaptación digitalizada del Test Picturesof Facial Affects. Posteriormente se aplicaron análisis descriptivos e inferenciales no paramétricos de diferencia de medias. Resultados: Los resultados revelaron diferencias significativas en el reconocimiento de asco (p=.00) a favor de las mujeres y en el caso de los hombres, a pesar de no mostrar significatividad, se observó una media mayor en el reconocimiento del miedo. En la comparación de tiempos de reacción de los aciertos, se observaron diferencias significativas a favor de las mujeres en el reconocimiento de alegría (p=.034) y sorpresa (p= .012). Discusión: Los resultados hallados coinciden, principalmente en las mujeres, con aquellos reportados en población adulta; sumando evidencias a las hipótesis que respaldan el innatismo de las emociones básicas y los postulados de las Teorías Evolucionistas. Las mismas indican que la superioridad femenina en la percepción de las emociones de alegría y sorpresa podría surgir de la responsabilidad casi universal de las mujeres para criar a los hijos, basada en la hipótesis de afianzamiento del apego cría-madre. Asimismo, la hipótesis de resguardo de la cría ante amenazas justificaría la importancia del reconocimiento del asco como medio para comunicar la existencia de alimentos no aptos para su ingesta, teniendo en cuenta el ancestral rol femenino en la recolección de frutos. Por otra parte, el rol masculino de cazador, haría a los hombres más aptos para el reconocimiento de emociones en contextos agresivos, como la ira y el miedo. Esta última hipótesis evolutiva no queda confirmada, dado que los resultados no llegan a ser significativos. Sin embargo este resultado podría comprenderse a partir de la influencia de las condiciones socioculturales vigentes que fueron moldeando los roles sociales, acercando a mujeres a similares funciones sociales que los hombres, influyendo en los patrones de reconocimiento emocional y disminuyendo la amplitud de las diferencias entre ambos sexos.