BECAS
LÓPEZ MORALES HernÁn
congresos y reuniones científicas
Título:
La paradoja del reconocimiento. Intersticios entre Fanon, Hegel y Lacan
Autor/es:
CAVALLI, A.; LÓPEZ MORALES, HERNÁN
Lugar:
Mar del Plata
Reunión:
Jornada; XVII Jornadas Nacionales Agora Philosophica: ?La cuestión del Reconocimiento. Pers-pectivas históricas y contemporáneas?.; 2017
Institución organizadora:
AAdIE
Resumen:
El presente trabajo se propone como objetivo principal reconstruir la apropiación crítica que realiza Franz Fanon (1925-1961) del problema del reconocimiento hegeliano y la mediación que éste establece con el estadio del espejo propuesto por Lacan. Para ello nos centraremos en los textos Piel negra, máscaras blancas (1952) y Los condenados de la tierra (1961), obras que recopilan la experiencia del autor como psiquiatra en el contexto de la lucha por la descolonización de Argelia. Esta problemática remite a una operación ontológica formadora de la función del yo, en el contexto de las luchas por la descolonización de las antiguas colonias francesas. En términos fanonianos, el negro se encuentra en una zona de negación ontológica, es deshumanizado. Esta alienación es producto de un doble proceso: 1) económico y 2) por interiorización o ?epidermización?, expresada en un diagnóstico del colonizado signado por la negritud.Sartre identifica una contradicción que denomina ?neurosis?, en la cual el colonialismo distorsiona las relaciones de reconocimiento recíproco, de modo que implica reconocer, al tiempo que negar, el estatuto antropológico del colonizado.A través del análisis de obras literarias, Fanon aborda las relaciones entre ?la negra y el blanco? y entre ?la blanca y el negro?, mostrando cómo se constituyen por medio de las narrativas mitos de blanqueamiento como forma de salvación y evolución. El psiquiatra antillano identifica un reconocimiento que Hegel no describió: el negro desea ser reconocido como blanco, mediante el amor dignificante de una amante blanca. Fanon intenta mostrar que en la relación entre el colonizado y el europeo se establece una dialéctica en la cual el negro se identifica con el amo, abandonando el objeto. Este es el punto de articulación con los desarrollos lacanianos en torno al estadio del espejo. Existe una tensión entre la percepción de un cuerpo fragmentado (cuerpo real del niño) y la imagen de unidad en el espejo (yo ideal), sostenida por una matriz simbólica (ideal del yo), lugar de la mirada libidinizada de la madre, como la mirada del niño, que siguiendo esa otra mirada logra ver lo que ella ve: un cuerpo unificado del otro del espejo.La lectura fanoniana propone una apropiación crítica del estadio del espejo como acto inaugural de identificación a la imago del blanco, en tanto fundante del yo del negro. Si el yo es el otro, aquí el otro del negro es el blanco, ubicado en la posición del Yo-Ideal, con lo que de completud y pregnancia refiere. Este es el plano imaginario que sostiene la interacción entre dos yoes, punto de negociación de la agresividad constitutiva introducido por el registro de lo simbólico, que sella el pacto entre ambos extremos, siempre tendientes a la exclusión mutua: o yo, o el otro. El Otro, el blanco, que en esta lógica oficia de Amo, será la instancia sancionatoria y garante de esa relación especular, pues será su mirada la que certifique la subordinación ontológica del negro con respecto al blanco, colocándolo en un lugar de no-ser, como un yo no identificable ni asimilable.Siguiendo la lectura fanoniana de Lacan, encontramos que el temor a la fragmentación, la tensión entre aceptar la imagen especular o desaparecer, se muestra en la experiencia del negro traducida en términos de blanquearse o desaparecer, que coloca al negro entre una zona de no-ser y un campo de dispositivos de blanqueamiento. Dicha imagen del colonizado es sostenida por la mirada del Otro, blanco, colonizador, de la cual el negro intenta escapar pero se produce una paradoja: el negro intenta ser humano en la dimensión de una estructura que niega su humanidad.