BECAS
MUNTANER Ana Celina
congresos y reuniones científicas
Título:
Las sociedades aldeanas de la Quebrada de los Corrales (El Infiernillo, Tucumán) en el contexto del formativo
Autor/es:
OLISZEWSKI, NURIT; MARTÍNEZ, J.; ARREGUEZ, G.; CRUZ, H.; DI LULLO, E.; GRAMAJO BÜHLER, M.; MAURI, E.; MERCURI, C.; MUNTANER, A. C.; PANTORRILLA RIVAS, M.; SRUR, G.
Lugar:
Tafí del Valle
Reunión:
Taller; Arqueología del Periodo Formativo en Argentina; 2012
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Naturales e IML-IAM-UNT
Resumen:
LAS SOCIEDADES ALDEANAS DE LA QUEBRADA DE LOS CORRALES (EL INFIERNILLO, TUCUMÁN) EN EL CONTEXTO DEL ?FORMATIVO? DEL NOA. Oliszewski, Nurit1,2; Martínez Jorge G. 1,2,3; Arreguez, Guillermo A.2; Cruz, Hernán2; Di Lullo, Eugenia2,3; Gramajo Bühler, C. Matías2,3; Mauri, Eduardo P. 2,3; Mercuri, Cecilia4; Muntaner, Ana C. 2; Pantorrilla Rivas, Martín M1,2 y M. Gabriela Srur5 1Instituto Superior de Estudios Sociales-CONICET; 2Facultad de Ciencias Naturales e IML-UNT; 3Instituto de Arqueología y Museo- UNT; 4Instituto de Arqueología-UBA/CONICET; 5Museo de Antropología-UNC/CONICET. nuritoli@yahoo.com.ar; NURIT OLISZEWSKI. Es doctora en Arqueología graduada en la Universidad Nacional de Tucumán. Sus principales temas de interés son la Arqueobotánica y la .Arqueología del 1º milenio d. C. en el noroeste de Argentina. En la actualidad reviste el cargo de Investigadora Adjunta del CONICET en el Instituto de Estudios Sociales (Tucumán) y de Docente en la Carrera de Arqueología de la Universidad Nacional de Tucumán. Contacto: nuritoli@yahoo.com.ar JORGE G. MARTÍNEZ. Es doctor en Arqueología graduado en la Universidad Nacional de Tucumán. Sus principales temas de interés son la Arqueología de cazadores recolectores tempranos y la Tecnología lítica. En la actualidad reviste el cargo de Investigador Adjunto del CONICET en el Instituto de Estudios Sociales (Tucumán) y de Docente en la Carrera de Arqueología de la Universidad Nacional de Tucumán. Contacto: jormartin1969@yahoo.com.ar Resumen La Quebrada de Los Corrales está situada sobre el abra de El Infiernillo (Tucumán) a 3100 msnm. Los trabajos de investigación permitieron identificar evidencias arqueológicas correspondientes a distintos momentos del Holoceno medio y tardío desde ca. 7400 hasta ca. 650 años AP. Sin embargo, el mayor corpus de conocimiento generado se centra en el lapso ca. 1750-1550 años AP, relacionado con el registro de viviendas (núcleos habitacionales de diseño subcircular compuesto) y numerosas estructuras productivas agrícolas (andenes) y pastoriles (corrales) que cubren un área de aproximadamente 500 hectáreas. La particular disposición espacial de las unidades habitacionales concentradas y separadas de las estructuras productivas, las evidencias artefactuales y las dataciones absolutas nos permiten proponer que durante la primera mitad del 1º milenio d. C. vivió, en esta quebrada de altura, una sociedad aldeana la cual tuvo vinculaciones con los grupos que habitaron los valles próximos de Cumbres Calchaquíes y Sistema del Aconquija y el piedemonte salteño-tucumano. Un tema de sumo interés, que es posible abordar desde la Quebrada de Los Corrales es el de los inicios del denominado período Formativo ya que se registró, en estratigrafía, la presencia de material cerámico y artefactos de molienda vinculados a una datación de ca. 3330 AP. Estas asociaciones son muy atractivas para indagar acerca de la profundidad temporal de la tecnología cerámica y de la molienda y sobre las implicancias que esto tiene para poder comprender mejor la transición del Arcaico al Formativo a nivel regional.   Introducción La Quebrada de Los Corrales está situada sobre el abra de El Infiernillo (Tucumán), en el sector norte del sistema montañoso del Aconquija, por encima de los 3.000 msnm (Figura 1). El área de estudio tiene una superficie total aproximada de 28 km² y comprende a la cuenca inferior, media y superior del río de Los Corrales (que corre por la quebrada homónima). Los trabajos de investigación realizados permitieron identificar evidencias arqueológicas correspondientes a distintos momentos del Holoceno medio y tardío desde ca. 7400 hasta ca. 650 años AP. Sin embargo, el mayor corpus de conocimiento generado se concentra en el lapso ca. 1750-1550 años AP, relacionado con el registro de viviendas (núcleos habitacionales de diseño subcircular compuesto) y numerosas estructuras productivas agrícolas (andenes) y pastoriles (corrales) que cubren un área aproximada de 500 hectáreas. Figura 1. Área de ubicación de la Quebrada de Los Corrales. Por sus características, la Quebrada de Los Corrales constituye un buen punto de partida para comenzar a reflexionar acerca de una serie de temáticas vinculadas al denominado ?período Formativo? en este sector del Sistema del Aconquija. Por una parte intentamos comprender los inicios de las ocupaciones formativas en la región y su transición hacia las ocupaciones formativas propiamente dichas. Por otra parte tratamos de explicar si realmente existieron áreas nucleares y áreas subsidiarias, las causas de la presencia recurrente de un mismo diseño arquitéctónico, las formas de vinculación entre áreas domésticas y productivas y el proceso de complejización social ocurrido a lo largo del 1º milenio d. C. La Quebrada de Los Corrales Nuestras investigaciones, que se vienen realizando sistemáticamente desde el año 2.005, han permitido registrar una cueva con ocupaciones prehispánicas en la cuenca inferior y un campamento-taller y numerosas estructuras agrícolas, pastoriles y residenciales en la cuenca media/superior (Figura 2). Figura 2. Mapa geomorfológico y arqueológico del área de estudio. Cueva de los Corrales 1 (CC1) es una cueva situada en la margen oeste del río de Los Corrales, en la cual se detectó por una parte, una secuencia estratigráfica de 30 cm de potencia y por otra parte, catorce morteros confeccionados en la roca de base. En casi todos los casos, dichos morteros presentan un relleno intencional compuesto por restos animales, vegetales y minerales, los cuales fueron puestos a presión y luego sellados por el agregado de un sedimento arcilloso. Las excelentes condiciones naturales de preservación permitieron la recuperación de una gran diversidad de restos arqueológicos orgánicos en CC1. Dicho contexto permitió definir que se trata de un sitio de actividades múltiples, aunque no estrictamente de una vivienda de uso permanente. Pudieron establecerse las siguientes funciones: procesamiento, consumo y descarte de recursos vegetales alimenticios; procesamiento, consumo y descarte de recursos animales alimenticios; producción y aplicación de mezclas pigmentarias empleadas como coberturas cerámicas y producción y mantenimiento de artefactos líticos. En cuanto a su ubicación temporal, CC1 presenta dos momentos claros de ocupación: las primeras ocupaciones habrían ocurrido hacia ca. 2100 años AP, en momentos agro-pastoriles tempranos y la ocupación final en momentos tardíos hacia ca. 650 años AP. Los sistemas de andenería y corrales se ubican en laderas con pendientes de 15º a 35º cubriendo una superficie de 500 hectáreas aproximadamente. Cabe aclarar que los sistemas de cultivo no presentan conexión topográfica alguna con el curso fluvial del río de Los Corrales, lo cual permite inferir que este sistema agrícola tuvo como única fuente de riego el manejo del agua de lluvia. Respecto a los taxa que podrían haber sido cultivados, se detectó la presencia de fitolitos de poáceas que tienen afinidad con los que se citan para Zea mays L. Este hallazgo es indicativo del posible cultivo de maíz in situ, el cual se registra además en forma de macrorrestos en CC1 y en estratigrafía en una estructura residencial. Las estructuras denominadas corrales son aproximadamente 250 y consisten en recintos de planta circular de grandes dimensiones -de entre 20 a 25 m de diámetro- ya sean individuales o adosados en número de dos o tres. Las estructuras domésticas, se encuentran agrupadas en el área meridional de la Quebrada, en ambas márgenes del curso superior del río de Los Corrales en un sector denominado Puesto Viejo. Para su estudio esta área ha sido divida en dos: Puesto Viejo 1 (PV1) en la margen oeste y Puesto Viejo 2 (PV2) en la margen este. Los núcleos habitacionales (N= 85) se presentan como estructuras de piedra circulares y subcirculares compuestas ubicadas a 3.100 msnm (Figura 3). El diámetro de los recintos centrales oscila entre 7 y 15 metros y la cantidad de recintos laterales adosados va de 2 a 5. Las distintas unidades se encuentran separadas entre sí por distancias de entre 5 a 20 metros. Entre los materiales recuperados en superficie podemos mencionar abundante material lítico realizado sobre materias primas locales: núcleos, lascas y escasos artefactos formatizados en andesita y cuarzo y material cerámico: fragmentos de diversas facturas, algunos diagnósticos asignables todos a estilos cerámicos conocidos para el 1º milenio d. C. como Candelaria, Condorhuasi, Ciénaga y Vaquerías . Figura 3. Puesto Viejo 1 y 2 (PV1 y PV2) Taller Puesto Viejo 1 (TPV1) es un sitio a cielo abierto que se encuentra ubicado en el sector sur de PV1 y está delimitado por estructuras residenciales de planta subcircular asignadas al 1º milenio d.C. (Figura 4). Este sitio presenta en superficie abundante material lítico tallado (artefactos formatizados y desechos de talla) y fragmentos cerámicos (tanto decorados asignables a diferentes estilos característicos del 1° milenio d. C. como de factura tosca). La dispersión de materiales arqueológicos ocurre en un área de aproximadamente 32 x 24 m, que cuenta con una pendiente general decreciente de 5° en dirección SO-NE. La presencia de las estructuras mencionadas en el sector más alto del sitio, generó una especie de ?muro de contención? y redujo sustancialmente la erosión natural dada principalmente por al agua de lluvia como agente. En base a las observaciones y análisis sedimentológicos, podemos aseverar que estamos ante la presencia de contextos primarios de depositación. La secuencia estratigráfica está conformada por 3 capas (y subcapas o extracciones): Capa 1(1ª, 2ª y 3ª), Capa 2(1ª y 2ª) y Capa 3(1ª, 2ª y 3ª). Se obtuvieron tres dataciones radiocarbónicas a partir de materiales procedentes de capa 1(2ª): 1750 ± 20 años AP; capa 1 (3a): 3330 ± 30 años AP y capa 3(3ª): 7420 ± 25 años AP. Figura 4. Taller Puesto Viejo 1 (TPV1) La información generada hasta el momento pone al descubierto una alta variabilidad de evidencias de ocupaciones prehispánicas en la Quebrada de Los Corrales desde ca. 7400 hasta ca. 650 años AP. Estas evidencias han sido asignadas a distintos momentos del Holoceno medio y tardío dividiéndose en tres bloques temporales : Bloque temporal temprano: anterior al 1º milenio d. C. La existencia de un campamento-taller con materiales en estratigrafía de donde proviene la datación más temprana para el área (ca. 7400 años AP) y de puntas de proyectil cuyo diseño puede asociarse a ocupaciones arcaicas constituyen evidencias significativas de la presencia de grupos cazadores con anterioridad al 1º milenio d. C . Por otra parte, un conjunto de artefactos de molienda y fragmentos cerámicos asociados a una datación de ca. 3300 años AP plantea la existencia de ocupaciones transicionales en términos paleoeconómicos entre sociedades arcaicas y formativas. Bloque temporal intermedio: 1º milenio d. C. En base al conocimiento generado hasta el momento, la ocupación más intensa en la Quebrada de Los Corrales tuvo lugar durante la primera mitad del 1º milenio d. C., aproximadamente durante 200 años entre ca. 1750 y 1550 años AP. La misma está caracterizada por la asociación de áreas domésticas consistentes en medio centenar de estructuras subcirculares compuestas concentradas en Puesto Viejo y áreas productivas consistentes en centenares de hectáreas cubiertas por estructuras agrícolas y pastoriles separadas de las áreas domésticas. Bloque temporal tardío: 2º milenio d. C. Para el 2º milenio las evidencias de una ocupación constante son sumamente escasas, reduciéndose a dos fechados radiocarbónicos que se sitúan hacia ca. 650 años AP y provienen de CC1. Cabe destacar que no se han registrado ítems como estilos cerámicos o diseños arquitectónicos característicos de este período. En el presente trabajo haremos hincapié en las implicancias de las evidencias correspondientes al bloque temprano (especialmente hacia 3300 años AP) y al bloque intermedio (especialmente a la primera mitad del 1º milenio d. C.). A continuación se presentan las dataciones mencionadas en el texto para el área bajo estudio . Lab./ Cód.ProcedenciaMuestraAños APAños calibrados 1 sigma 68,3 % (D.C.)Años calibrados 2 sigmas 95,4 % (D.C.)∆13C (?)Referencia bibliográfica UGA 01977QdLC / CC1, capa 1 (2º extracción), micros Poáceas (camada de paja)630 ± 140 1252- 1440 1148- 1524 -24,1Gramajo Bühler 2011 UGA 04250QdLC / CC1, mortero 5b1Poáceas (relleno de mortero)650 ± 30 1359- 1387 1343- 1394 -23,6Oliszewski et al. 2008 UGA 04251QdLC / Puesto Viejo 1, estructura 2Hueso humano (entierro)1560 ± 25 435- 491 427- 557 -18,4Oliszewski et al. 2010b UGA 06597QdLC / Puesto Viejo 2, estructura 1, cuadrícula I7, nivel 8Endocarpo chañar1600 ± 25 484- 532 412- 537 -28,4Oliszewski 2011 UGA 06598QdLC / Puesto Viejo 2, estructura 1, cuadrícula H8, nivel.13Carbón vegetal1690 ± 30 334- 403 316- 419 -26,8Oliszewski 2011 UGA 05795QdLC / Puesto Viejo 2, estructura 1, cuadrícula H8, nivel.18Carbón vegetal1710 ± 30 323- 386 253- 404 -23,8Oliszewski et al. 2010a UGA 9095QdLC / Puesto Viejo 1. TPV1. Cuad C1. Capa 1 (2º extracc),Hueso animal1750 ± 20 279-327235-348-17,2Martínez et al. 2012 AA 94581QdLC / Puesto Viejo 2, estructura 1, recinto 4, nivel5, microsect SOEndocarpo chañar1767 ± 35 273-334205-353-22,3Caria y Oliszewski 2011 UGA 01616QdLC / CC1, microsector C3A, capa 2 (3º extracción)Poáceas (camada de paja)2100 ± 200 388 a.C. ? 80 d.C.593 a.C. - 342 d.C.-22,7Oliszewski et al. 2008 UGA 07515TPV-1,Sond.1, L.4(2)Hueso animal3330±301582- 1535 a.C. 1688- 1526 a.C. -21.4Martínez et al. 2011 UGA 9096TPV1(QdLC).C.A1-L.3(3°)Hueso animal7420±256355- 6292 a.C.6373- 6235 a.C.-19.2Martínez et al. 2012 Tabla 1. Dataciones radiocarbónicas de la Quebrada de Los Corrales (El Infiernillo, Tucumán). Lab.: laboratorio. Cód.: código. La Quebrada de Los Corrales y los inicios del ?Período Formativo? en la región Como fuera mencionado, el mayor corpus de conocimiento obtenido hasta el momento nos permite proponer que la ocupación más intensa de la Quebrada de Los Corrales tuvo lugar durante la primera mitad del 1º milenio d.C. Sin embargo existen importantes evidencias asociadas a una datación de ca. 3300 años AP que llevan a indagar por una parte por los inicios del denominado ?período Formativo? en la región y, por otra parte por una posible vinculación entre estas ocupaciones tempranas y las ocupaciones agropastoriles plenas ocurridas 1500 años después. En este sentido nos parece importante discutir sobre la significación del término Formativo ya que ha sido utilizado indistintamente para señalar temporalidades y/o modos de producción . Todo el conocimiento existente sobre ocupaciones humanas anteriores a 3000 años AP dentro del NOA ha sido generado casi exclusivamente a partir de evidencias detectadas en sitios arqueológicos del ámbito de la Puna. Si tenemos en cuenta que esta región representa sólo un tercio de la superficie total del NOA, la pregunta que surge es si es plausible que no haya habido ocupaciones humanas tempranas en el NOA fuera del ámbito de la Puna. Creemos definitivamente que esto es lo menos probable en términos de dinámica poblacional a escala regional . Debemos puntualizar que la mayoría de las evidencias que podrían ser asignadas al Holoceno Temprano y Medio para el área valliserrana del NOA, provienen de sitios de superficie. En general se trata de sitios cuyos materiales carecen de correlato estratigráfico y dataciones absolutas, presentándose en algunos casos obliterados por reocupaciones de períodos posteriores. Por lo tanto, la adscripción temporal ?temprana? está dada en forma relativa en base a semejanzas tecno-tipológicas de artefactos líticos, los cuales fueron asociados por sus diseños a materiales en estratigrafía de otras áreas (ej. Puna), o bien por datos geoarqueológicos. Recientemente en base a análisis de VML (Varnish Microlamination) se obtuvieron edades mínimas (correlativas) de ca.6500-5900 AP en Amaicha del Valle . Lo que distingue a TPV1, es justamente, la presencia de una larga secuencia estratigráfica donde fueron identificados varios artefactos de molienda. Los mismos fueron detectados en capa 1(1ª y 2ª extracciones) asociados a ca. 1750 años AP y en capa 2 (1ª y 2ª extracciones) asociados a ca. 3300 años AP. Todos están confeccionados en granito, materia prima de origen local de fácil acceso y obtención. En particular nos referiremos a los artefactos registrados en capa 2 (N = 3). Se trata de un molino plano doble (dos caras activas ), una mano de molino doble (dos caras activas) y un molino con una superficie activa modificada por abrasión . Probablemente estos artefactos hayan sido empleados para la molienda de recursos vegetales de recolección como algarrobo o chañar. Cabe destacar que ambos recursos crecen actualmente en la zona a 30 km de distancia y se registran asiduamente en estratigrafía en distintas estructuras de la Quebrada de Los Corrales asociadas al 1º y 2º milenio d. C. Binford considera a los artefactos de molienda como parte del equipamiento permanente de un sitio debido a su elevado peso y volumen. Babot a su vez, asevera que este tipo de conjuntos artefactuales son buenos indicadores de regularidad, anticipación en el uso de un sitio y duración de la ocupación . Esto implica determinados comportamientos asociados a ellos ya que los productos procesados necesariamente tienen que ser recolectados, preparados y consumidos, tareas que indican un cierto grado de permanencia en un mismo lugar. A partir de estas apreciaciones cabe la pregunta acerca de si podemos considerar a los artefactos de molienda presentes en la capa 2 de TPV1 como un ?conjunto?. Aun cuando la muestra está conformada por pocos artefactos, presenta una alta variabilidad ya que se encuentran tanto artefactos activos/superiores como pasivos/inferiores correspondiendo estos últimos, a su vez, a diseños diferentes. La variabilidad, a la cual se suma el elevado peso de uno de los molinos que remite a objetos fijos en el espacio, permite proponer que se trata efectivamente de un conjunto de artefactos de molienda. Si se toma en cuenta a los materiales asociados: numerosos fragmentos cerámicos, artefactos líticos realizados mayoritariamente en materias primas locales, fragmentos óseos de ungulados (probables recursos alimenticios) y espículas de carbón vinculadas con procedimientos de cocción, la hipótesis de un área de actividades cotidianas múltiples -entre ellas molienda- es muy consistente. Justamente, los artefactos de molienda son los que otorgan mayor peso a esta hipótesis ya que se trata de herramientas que no se trasladan más que a pequeñas distancias. Esto indica ya sea un uso continuado del sitio o al menos un uso estacional con recurrencia periódica y una estrategia deliberada de organización grupal alrededor de la molienda. Esta asociación de materiales óseos, cerámicos y líticos tallados y pulidos se ubica por debajo de la capa datada en 3330 ± 30 años AP lo cual invita a indagar con mayor profundidad en la antigüedad y el significado de las tecnologías cerámicas y de molienda en la zona en momentos transicionales entre el Arcaico y el Formativo. Nuestra hipótesis es que hubo una continuidad entre estos grupos tempranos que manejaban tecnologías cerámica y de molienda y los grupos formativos establecidos plenamente 1500 años después. Surge como interrogante la posibilidad de que hacia 3000 años AP las actividades de subsistencia, además de basarse en la caza de camélidos y cérvidos y la recolección de frutos silvestres, estuviera establecida sobre un incipiente pastoralismo. En este sentido, es imperativo que las investigaciones por venir en toda la región den cuenta de las raíces de las ocupaciones del 1º milenio d. C. La Quebrada de Los Corrales en el marco regional durante el 1º milenio d. C. Como ya fuera mencionado, el conocimiento generado hasta ahora permite postular que la ocupación más intensa en la Quebrada de Los Corrales ocurrió durante el 1º milenio d. C. La datación más temprana se encuentra en el límite del 1º milenio d. C.: ca. 2100 años AP y corresponde a la ocupación más antigua de CC1. Esta datación está asociada a actividades de consumo y descarte de recursos alimenticios animales como ungulados grandes (probablemente camélidos) y vegetales silvestres como algarrobo o chañar y domésticos como maíz . Luego se produce un hiato de aproximadamente 400 años ya que los fechados siguientes corresponden a seis dataciones procedentes de capas estratigráficas de núcleos habitacionales (Puesto Viejo) acotadas a las primeras centurias de la era. Dos de ellas fueron obtenidas a partir de materiales registrados en estratigrafía en PV1 y las cuatro restantes han sido realizadas en PV2, también a partir de materiales procedentes de capas estratigráficas. Los datos con que contamos hasta el momento permiten postular la ocupación inicial hacia 1750 años AP y la ocupación final hacia 1550 años AP (273-334 a 435-491 años calendáricos calibrados con 1 sigma) . Los primeros datos procedentes de estratigrafía disponibles para una estructura residencial de Puesto Viejo 2 (Estructura 1) permiten proponer que se trataría de una unidad doméstica en la cual se habrían llevado a cabo diversas actividades cotidianas entre las cuales el consumo y descarte de recursos alimenticios tuvo un papel principal (Figura 5). La ocupación inicial habría ocurrido hacia 1750 años AP y la ocupación final se habría dado hacia 1600 años AP. Las evidencias indican que la estructura habría estado habitada de forma continua a lo largo de un siglo ya que no se registra ningún tipo de diferencias que permitan pensar en dos eventos temporales aislados. De todos modos la ocupación habría sido mucho más intensa en sus inicios que hacia el final de la misma. Análisis múltiples realizados recientemente han permitido determinar que el recinto central y uno de los laterales fueron construidos en forma contemporánea pero con diseños constructivos diferentes ya que el recinto central habría sido semisubterráneo mientras que el recinto lateral tuvo un diseño de un sólo nivel de piso superficial. Estos diseños estuvieron relacionados a su vez con actividades diferenciales ya que en el recinto central se habrían llevado a cabo tareas de cocción de artefactos cerámicos y en el recinto lateral habría funcionado un área específica de cocina . Figura 5. Estructura 1 (PV2): recinto central y recinto 4. Para Puesto Viejo 1 se cuenta con una datación de una unidad doméstica realizada sobre material óseo humano procedente de un entierro directo de un individuo masculino adulto la cual arrojó un fechado de 1560 ± 25 años AP. El individuo se encontraba en una cista en un recinto central acompañado por dos vasijas asignables al estilo cerámico Candelaria. La segunda datación de PV1 no proviene de una unidad doméstica sino de un espacio entre estructuras: se trata de la capa 1(2ª) de TPV1 que arrojó una antigüedad de 1750 ± 20 años AP. La presencia de una vasija cerámica completa rota in situ en asociación con artefactos de molienda, semillas termoalteradas de algarrobo y chañar, restos óseos de camélido y artefactos líticos indican la existencia de un área de actividad en los momentos iniciales de la ocupación formativa en el exterior de las viviendas. Esto lleva a indagar con mayor profundidad acerca del rol de estos espacios extramuros y a comenzar a pensar en la existencia de áreas de uso comunitario. De hecho Di Lullo (2010) plantea a este espacio libre de construcciones como un lugar de uso común en la Quebrada de Los Corrales durante los primeros siglos del 1º milenio d. C. Uno de los cuestionamientos inicialmente planteados fue la posible contemporaneidad de uso entre PV1 y PV2. La calibración con 1 sigma de las dataciones de ambos sectores indica, hasta el momento, que podrían haber estado ocupados en simultáneo entre 1750 y 1550 años AP (273-334 a 435-491 años calendáricos). Por lo tanto se considera a Puesto Viejo como una única localidad arqueológica, siendo Puesto Viejo 1 y puesto Viejo 2 meras herramientas operativas para facilitar las investigaciones. Un tema que nos parece importante resaltar es el de la presencia del estilo cerámico Vaquerías. El mismo tuvo una amplia distribución durante los primeros siglos del 1º milenio d. C. en el NOA . El material cerámico Vaquerías -de origen pedemontano (valle de Lerma, Salta)- está considerado como un bien de intercambio a larga distancia. Cabe destacar que en los valles del Cajón (Catamarca) y La Ciénega (Tucumán) se han registrado materiales Vaquerías de factura alóctona cuando otros materiales cerámicos característicos de la época como los estilos Candelaria, Condorhuasi o Ciénaga habrían sido confeccionados localmente . En la Quebrada de Los Corrales, una recolección superficial pone de manifiesto una alta frecuencia de este estilo llevándonos a plantear la posibilidad de una fluida comunicación entre estos grupos y los habitantes del piedemonte salteño-tucumano durante los primeros siglos del 1º milenio d. C. Cabe destacar que a excepción del hallazgo de La Ciénega, no se ha registrado material Vaquerías en el valle de Tafí. Respecto a los sectores productivos agrícolas y pastoriles asumimos la contemporaneidad de uso entre estas estructuras y las viviendas. Es interesante destacar que el manejo del espacio se da en esta quebrada de un modo particular. Los espacios, donde se emplazaron las estructuras productivas, se encuentran totalmente separados de aquellos donde se instalaron los núcleos residenciales (distancias de entre 500 m a 4 km separan a ambos tipos de estructuras). Las estructuras de producción agrícola (andenes) y la mayoría de los corrales se ubican sobre laderas con depósitos loéssicos, mientras que las estructuras residenciales se sitúan sobre depósitos de remoción en masa y en laderas con sustrato de basamento granitoide, delimitando espacios diferenciados entre sí . Las evidencias indican, entonces, que durante los primeros siglos de la Era existió en El Infiernillo, una aldea con características particulares ya que, si bien compartía el diseño arquitectónico (patrón Tafí) de las unidades domésticas de la región, las mismas se encontraban concentradas conformando un núcleo aldeano claramente separado de las áreas productivas. Habiendo presentado el conocimiento con el que se cuenta actualmente para la Quebrada de Los Corrales nos preguntamos cómo fueron ocupados los espacios de los valles próximos durante el 1º milenio d. C. Son numerosos los sitios arqueológicos asignables al 1º milenio caracterizados por su patrón de asentamiento de tipo aldeano agrupado: habitaciones circulares concentradas en torno a patios centrales y asociadas a estructuras agrícolas y corrales. Si bien el patrón es semejante al de nuestro caso de estudio, en general las estructuras residenciales y productivas se encuentran asociadas espacialmente a diferencia de lo que ocurre en la Quebrada de Los Corrales donde ambos tipos de estructuras se encuentran claramente separadas entre sí. En todos los casos es recurrente la presencia de estilos cerámicos como Candelaria, Condorhuasi, Ciénaga y Vaquerías. Es interesante hacer notar que tradicionalmente cada uno de estos estilos cerámicos estuvo vinculado a un área específica. El devenir de las investigaciones ha ido revirtiendo esto, siendo actualmente uno de los objetivos dilucidar el por qué de la presencia de todos los estilos en todas partes al mismo tiempo. La gran mayoría de los sitios asignables al 1º milenio d. C. se encuentran en el valle de Tafí: Casas Viejas, Casa Machado y El Potrerillo en las cercanías de El Mollar; El Tolar en el cono del río Blanco; El Pedregal en el valle de la Ciénega y La Bolsa. Pero también hay algunos sitios en el valle de Amaicha como Campo Blanco y El Remate, en el valle de Santa María como Bañado Viejo y en el valle del Cajón como Cardonal . Todos ellos ponen de manifiesto que, al igual que en la Quebrada de Los Corrales, las ocupaciones durante el 1º milenio habrían sido intensas y sostenidas a lo largo de cientos de años. Lo que diferencia a la Quebrada de Los Corrales de los demás sitios arqueológicos es la gran escala de las estructuras relacionadas con la producción, las cuales abarcan un área aproximada de 500 hectáreas. Esto último lleva a preguntarse por la posibilidad de que en esta quebrada se haya estado produciendo un excedente para ser distribuido y/o intercambiado con los grupos que habitaban los valles aledaños. Algunos temas de discusión Ciertos temas son recurrentes cuando se hace referencia a la arqueología del 1º milenio d. C. en esta porción del Sistema del Aconquija. A continuación se sintetiza en pocas palabras algunos de ellos. Áreas nucleares y áreas subsidiarias. Las investigaciones arqueológicas en el NOA centraron su atención originalmente en ciertas localidades convirtiéndolas en polos del desarrollo prehispánico, mientras otros sectores fueron considerados subsidiarios y/o marginales. En este sentido es emblemático el caso del valle de Tafí que ha concentrado por décadas la atención mayoritaria de los investigadores y como consecuencia de ello cuenta con un cúmulo muy grande de información en desmedro de otras áreas. Esto generó una visión parcial del pasado prehispánico que debe cambiar. Es este el caso de la zona de El Infiernillo que contaba con un único antecedente bibliográfico que planteaba que, debido al escaso desarrollo de los suelos y a su gran altitud, la zona no habría sido apta para actividades agrícolas, aunque sí podrían haber funcionado asentamientos con actividad pastoril intensa. La información generada en los últimos años nos lleva a plantear que El Infiernillo y más precisamente la Quebrada de Los Corrales estuvo lejos de tener un carácter subsidiario durante el 1º milenio d. C. Como se hizo mención, el valle de Tafí ha concentrado la mayoría de las investigaciones arqueológicas siendo considerada como un área ?nuclear?. Sin embargo, los últimos años han sido testigos del aporte de información procedente de diversos valles y quebradas lo cual permitirá a futuro, contar con un panorama regional de la arqueología de esta porción del Sistema del Aconquija/Valles Calchaquíes. Como ejemplos de esto último se puede citar a La Ciénaga, Amaicha, Santa María y valle del Cajón con evidencias de ocupaciones correspondientes al 1º milenio d. C . Las evidencias indican además, que habría existido una fluida interacción entre valles altos (por encima de los 3000 msnm), valles intermedios (entre 1500 y 3000 msnm) y zonas pedemontanas ya sea a través del intercambio de bienes suntuarios, de consumo o de ideas. Esto marca la relevancia de la Quebrada de Los Corrales, situada a ca. 3100 msnm en el abra de El Infiernillo (paso natural entre los valles situados al norte y al sur), en la comprensión de la dinámica prehispánica de la región. Patrón tafí. En las zonas arriba mencionadas el diseño arquitectónico de las viviendas se corresponde con el denominado Patrón ?Margarita?, ?Tafí? o ?alveolar? que tradicionalmente fue circunscrito al valle homónimo. Todos los casos mencionados dan cuenta que este diseño particular -caracterizado por un recinto central de planta circular y de grandes dimensiones al cual se encuentran adosados recintos de planta circular de menor tamaño- habría excedido a dicho valle planteando interrogantes acerca del por qué de la reproducción masiva de este diseño arquitectónico. Es nuestra intención tratar de comprender por qué un mismo tipo arquitectónico -con algunas variantes- se encuentra para el mismo lapso temporal distribuido en una amplia franja a lo largo de los faldeos del Aconquija y de los valles Calchaquíes. Como bien lo señala Nielsen la arquitectura doméstica es uno de los medios más eficaces de propagar mensajes acerca de la identidad de las personas, por lo que es activamente manipulada en la negociación del poder. De este modo las viviendas deben ser entendidas como parte de estrategias de posicionamiento en el marco de las condiciones generales de reproducción de la estructura social. Nielsen va aún más lejos al sugerir que los sistemas de explotación de recursos complementarios pudieron estar basados en obligaciones recíprocas entre unidades productivas territorialmente dispersas, pero de una misma extracción cultural. Es de interés primordial para nosotros explorar este tipo de posibilidades para el área de estudio donde unidades domésticas ?patrón Tafí? extendidas por zonas diversas podrían haber estado habitadas por individuos pertenecientes a grupos culturales que compartían rasgos identitarios y lazos que excedían a la propia comunidad. Tafí I y Tafí II. Originalmente Berberián y Nielsen propusieron la existencia de dos estadios en el desarrollo de Tafí: la fase Tafí I que habría estado caracterizada por la presencia de un sistema de asentamiento en unidades residenciales dispersas en campos de cultivo con una reducida inversión en tecnologías agrícolas siendo baja la densidad poblacional; y la fase Tafí II caracterizada por la presencia de estructuras de residencia familiar concentradas en aldeas (áreas habitacionales separadas de los campos de producción que habrían sido especializados contando con complejas tecnologías agrícolas). En la misma línea Manasse plantea que hacia el 500 d. C. las investigaciones arqueológicas dan cuenta de la existencia de una creciente complejidad de estas sociedades evidenciadas a través de un aumento de la población y del nucleamiento de las viviendas conformando aldeas. Como alternativa a este modelo y, en base a nuevas evidencias y dataciones absolutas, últimamente han surgido investigaciones que plantean que los poblados concentrados podrían ser los más antiguos, mientras que los más pequeños serían los más recientes, pudiendo haber funcionado ambos sistemas al mismo tiempo en el valle de Tafí . Los resultados aquí presentados apuntan a proponer que en la zona de El Infiernillo, con anterioridad a 1500 años AP habría existido una aldea concentrada y separada de las áreas productivas. Cardonal en el valle del Cajón (Catamarca) es otro ejemplo de una aldea concentrada correspondiente a los primeros siglos del 1º milenio d. C. Las investigaciones de los últimos años están mostrando variantes a los modelos clásicos permitiendo proponer la existencia durante las primeras centurias de la Era de aldeas formadas por viviendas concentradas y separadas de las áreas productivas pero a la vez estrechamente relacionadas. La complejización social. Los resultados obtenidos por nuestras investigaciones permiten postular la existencia durante los primeros siglos del 1º milenio d .C. de una aldea como se mencionó más arriba. La gran escala tanto del sector residencial (8 hectáreas aproximadamente) como de las áreas productivas (500 hectáreas aproximadamente) nos lleva a preguntarnos por la posibilidad de que dicha aldea no haya sido igualitaria sino que pueda haber contado con algún tipo de jerarquía con cierto grado de complejidad social. Esta idea se basa en que seguramente fue necesario controlar y coordinar fuerza de trabajo a gran escala tanto para la construcción/mantenimiento de la arquitectura residencial/productiva, como para todo lo relacionado con las actividades de producción agrícola-pastoril. Esta hipótesis de un proceso de desigualdad social creciente que se habría iniciado durante el 1º milenio d. C. ha sido sugerida también por autores como Scattolin para el valle de Santa María (Catamarca). Otros autores han propuesto buscar los orígenes de una sociedad compleja como Aguada en los primeros siglos de la Era ya sea localmente en el valle de Ambato, Catamarca o a nivel extra-local en el Campo del Pucará, Catamarca . Sin embargo, en los últimos tiempos algunos investigadores han comenzado a plantear alternativas a las explicaciones clásicas de sociedades jerárquicas con un poder centralizado en manos de un único grupo o individuo. Estas nuevas explicaciones apuntan a entender a estos grupos como sociedades complejas pero no necesariamente jerarquizadas y centralizadas sino como sociedades corporativas, cooperativas, heterárquicas o conformadas por múltiples jerarquías . Es en este marco que nos interesa comprender el proceso de complejización social que acompañó el desarrollo de los grupos prehispánicos del NOA y que suponemos tuvo sus inicios durante los primeros siglos de la Era Cristiana. En síntesis la Quebrada de Los Corrales, en consonancia con el panorama regional, se presenta como un área que permite analizar y reinterpretar las distintas dimensiones que encierra la problemática del Formativo. Ciertamente, un tema en particular interesante, es el referente a la ruptura/continuidad entre las ocupaciones anteriores a 3000 años AP, las del 1º Milenio d. C. y las que vinieron a continuación. En este sentido, las características excepcionales del área de estudio hacen que las investigaciones en torno a los procesos socio-económicos ocurridos en una cuenta de larga duración sean prometedoras.   Bibliografía Arreguez, Guillermo A. y Natalia González Díaz 2007Uso de recursos vegetales en un sitio prehispánico de altura: Cueva de los Corrales 1 (El Infiernillo, Tafí del Valle, Tucumán), Primeras Jornadas de Jóvenes Investigadores UNT-AUGM: 186, Tucumán. 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