El toro, el turista y el paisaje. Una defensa inusitada

CECILIA ARGAÑARAZ

San Juan

Congreso; - III Congreso de Jóvenes Investigadores en Ciencias Sociales.; 2016

Universidad Nacional de San Juan

Aprincipios del siglo XX Deodoro Roca, líder emblemático de la ReformaUniversitaria de 1918, protagoniza en calidad de abogado una desopilante yexitosa defensa, cuyo objeto resulta ser un toro.  Gracias a su original argumentación, tanto elanimal como dueño se libraron de importantes perjuicios.Interesaen este trabajo analizar el lugar del toro en la defensa de Roca: ?parte delpaisaje? y a la vez no, el toro es caracterizado como ?naturaleza en acción?,?parte dinámica del paisaje?, entre otros calificativos que buscan colocarlocomo ?guardián? del paisaje ongamirense agredido por los turistas. ¿Cómocomprender la validez de esta defensa, máxime dado su éxito, es decir, su carácterde argumento convincente para los contemporáneos involucrados?Sepretende contextualizar la validez de los argumentos de Deodoro teniendo encuenta su posicionamiento en el pensamiento filosófico y jurídico de la época.Interesa principalmente destacar el carácter jamás unívoco de las concepcionessobre ?naturaleza?, ?paisaje? y ?animal?: en pleno siglo XX, lo que sueleconsiderarse el auge de una ontología basada en el cisma entre Naturaleza yCultura, encontramos un alegato judicial que no parece condecirse con esamirada. Esto cobra mayor importancia dado que no estamos analizando un ámbitode discusión filosófica sin mayores intereses prácticos para el resto de lasociedad, sino en un argumento exitoso en el seno del dispositivo jurídico, quevalida las prácticas y discursos con efectivas consecuencias en las vidas delos involucrados. En nuestro contexto local, es relevante discutir en esesentido la influencia del romanticismo y el modernismo como vertientes quepueden ser contrastadas con aquellos tratamientos de lo animal y lo ?natural?que implicaría el denominado ?naturalismo? (Descola 2012).