Las humanidades digitales y la historia de los agentes y las dinámicas religiosas

FABIÁN R. VEGA

Catolicismos de la Colonia a la República. Nuevas miradas desde el Sur

Prohistoria

Lugar: Rosario; Año: 2023; p. 120 - 122

Desarrolladas en las últimas tres décadas al calor de la extensión de la computadora personal y de la World Wide Web, las humanidades digitales consisten en emplear herramientas de la cultura digital para responder tanto preguntas tradicionales de la investigación humanística como interrogantes novedosos, asociados a la extensión de las nuevas tecnologías. A medio camino entre la conformación de una disciplina específica y la construcción de una renovación metodológica interdisciplinar, su configuración puede entenderse a partir de dos grandes debates que las atraviesan. El primero es una polémica sobre la existencia o no de ventajas en la aplicación de herramientas digitales. Académicos consolidados –desde Stanley Fish hasta Roger Chartier– señalan que las posibilidades abiertas por la cultura digital están lejos de perturbar “la tradición de las humanidades”, centrada todavía en el trabajo con documentos originales y las técnicas clásicas de la descripción densa, la lectura cercana y los estudios de caso (Mendoza & Chartier, 2019: 199; ver también Fish, 2012). Frente a esto, los entusiastas de las nuevas tecnologías sugieren que las herramientas digitales ofrecen mayores capacidades de almacenamiento, permiten llegar a audiencias más grandes y posibilitan manipular la información y consultarla de modos creativos (Cohen & Rosenzweig, 2005). Aquí no es posible resolver una polémica de este tipo, que refleja en última instancia la convivencia en la academia de posiciones tecnofílicas y tecnofóbicas que permean la sociedad en general. Baste destacar que la cultura digital en la investigación es un hecho: consciente o inconscientemente, la mayoría de los humanistas trabaja hoy en día utilizando computadoras e instrumentos digitales, aunque más no sea en una medida limitada.