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Si bien hubo diversas oficinas topográficas que antecedieron a la creación del Instituto Geográfico Militar -tales como la Mesa de Ingenieros (1865), la Oficina de Ingenieros Militares (1872) o la Oficina Topográfica Militar (1879)- fue en 1904 que el IGM aparece por primera vez con ese nombre. Las funciones de todas aquellas instituciones, inclusive la del IGM en su comienzo, estuvo sujeta a la realización de trabajos cartográficos de índole militar (la fabricación y diagramación de fortines o el levantamiento de algunos planos cartográficos orientados a estrategias militares) y no respondían a una política de relevamiento cartográfico sistemático y controlado. Esta situación se mantuvo hasta 1912, año en que el IGM presentó al Estado Mayor del Ejército un proyecto para realizar la Carta de la República. El plan parece ser el primer proyecto para realizar un programa de levantamiento topográfico y cartográfico sistemático, con técnicas novedosas y modernas. Esta intención resultó ser muy pretenciosa y tuvo que ser modificada en la década del 1920, cuando se volvió a recurrir a técnicas un tanto desacreditadas (como la recopilación de mapas) pero que respondían mejor a la urgencia de contar con una carta de la República. Este trabajo tiene por objetivo analizar el progreso de los trabajos de relevamiento (y cotejarlo con los objetivos enunciados en el plan de la Carta de la República). Se prestará particular atención a la lógica que guió la selección de áreas geográficas prioritarias para ser relevadas, y también se rastreará el programa de publicación de las hojas topográficas. Nuestro punto de partida es que el análisis cruzado de los objetivos cartográficos del plan para la Carta de la República, de los relevamientos topográficos y de la publicación de las hojas ofrecerá una vía para indagar la política cartográfica del estado argentino en la primera mitad del siglo XX.

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