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La generación de residuos con alto contenido en hidrocarburos es un problema inevitable para la industria petrolera y petroquímica. Los barros oleosos se presentan como una emulsión compleja de hidrocarburos, agua, metales pesados y partículas sólidas. La fracción de hidrocarburos se clasifica en: alifáticos, aromáticos, resinas y asfaltenos, siendo estos dos últimos los de mayor peso molecular y recalcitrancia. Debido a su continua generación, toxicidad e impacto ambiental requieren un tratamiento efectivo.Una gran variedad de tratamientos ha sido desarrollada, por ejemplo: la incineración, solidificación-estabilización, pirólisis, oxidación química, y diversas estrategias de biorremediación. Si bien la biorremediación es ambientalmente sustentable, tiene una aplicabilidad limitada en matrices con altos niveles de hidrocarburos hidrofóbicos, recalcitrantes y poco biodisponibles. En tanto, la oxidación química es una tecnología que requiere cortos tiempos de tratamiento y presenta altas tasas de remoción de hidrocarburos. Sin embargo, una oxidación efectiva puede requerir el uso de altas dosis de agente oxidante que generan tanto un impacto negativo sobre la microbiota autóctona de la matriz, como elevados costos.Difícilmente la aplicación de una única tecnología podría ser efectiva en el tratamiento de barros oleosos. En cambio, el uso de estrategias combinadas permitiría aprovechar al máximo las fortalezas de cada tecnología minimizando las desventajas de los métodos individuales.La tecnología aquí propuesta consiste en un sistema secuencial combinando métodos de remediación químicos (oxidación química con persulfato de sodio en medio alcalino) y biológicos (compostaje y fitorremediación). La finalidad del tratamiento inicial oxidativo es lograr una alta remoción de hidrocarburos y/o incrementar su biodisponibilidad. Luego, la etapa de compostaje consiste en integrar el material generado post-oxidación con componentes tradicionales del compostaje (e.g. estiércol y restos vegetales). Completada la maduración del compost se procede a una etapa final de fitorremediación. El desarrollo de una cubierta vegetal puede contribuir a la disipación de hidrocarburos como paso de pulido final, así como recomponer el microbioma y la funcionalidad de la matriz.Se espera que a través de esta propuesta sea posible transformar la matriz contaminada en un material orgánico estable, de mejorada estructura, capaz de sostener el desarrollo vegetal y recuperar la funcionalidad del ecosistema. Asimismo, alcanzar una solución de compromiso entre el cumplimiento de las regulaciones ambientales y un costo aceptable de tratamiento.

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