INVESTIGADORES
ALDAO MarÍa InÉs
congresos y reuniones científicas
Título:
La inversión de la monstruosidad: Comentarios, de Álvar Núñez Cabeza de Vaca
Autor/es:
ALDAO, MARÍA INÉS
Lugar:
CABA
Reunión:
Jornada; IV Jornadas de Reflexión Monstruos y Monstruosidades; 2010
Institución organizadora:
Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género, Facultad de Filosofía y Letras, UBA
Resumen:
Pocos han sido los casos en que el indio ha sido descripto con mirada objetiva o conciliadora por los conquistadores españoles. En los textos coloniales el indígena es siempre representado como lo monstruoso. Sea por su ignorancia, por su incivilidad o por sus costumbres, el español percibe en el conquistado el obstáculo para su cometido. De aquí que la descripción del otro como lo monstruoso sea no sólo una percepción a priori sino, también, una estrategia retórica para avalar el proceso de conquista. Sin embargo, en Comentarios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca (texto escrito por el escribano del adelantado, Pero Hernández y publicado en 1555) se invierte el mito de la monstruosidad aborigen. Para Núñez, el otro no es el indio sino el español. De aquí que su texto resulte un extenso panegírico en el que se presenta como el mejor gobernante para el Río de la Plata y exalta permanentemente su figura heroica, haciendo hincapié, por otra parte, en la buena conducta de los indios que reciben un buen trato de su parte. Contrariamente, el español, sumido en sus ansias de poder, tierra y riquezas (que en Río de la Plata implican lo mismo) sufre un proceso de conversión en una suerte de monstruo para el que el obstáculo es su compatriota, el único que tiene sus mismos deseos y aspiraciones. El trato que recibe Núñez, su encarcelamiento, su destitución y su humillante deportación, sin mencionar el infamante proceso judicial que debe padecer en España, producen que en Comentarios el nocivo sea el mismo español, causante de tales condiciones en un territorio que ya, de por sí, les es hostil. El indio, el "monstruo" por antonomasia de los textos coloniales es, aquí, uno más de los tantos obstáculos que los conquistadores deben sortear, de la misma forma en que atraviesan pantanos, cruzan ríos y evaden cascadas. Es, así, cosificado y retratado como una parte más del territorio que se puede amoldar fácilmente a las necesidades del europeo.