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Dentro de la historia política de la Argentina, hallamos que el peso de las relaciones exteriores de este país ha sido un condicionante -en muchos casos determinante- de los procesos y recorridos políticos internos del mismo. Al analizar las razones de ello emerge la problemática de la estructura dependiente de economía argentina. La dependencia resulta un factor esencial para poder comprender el itinerario económico y político de nuestra historia. De ahí la necesidad de rastrear el desarrollo que la misma ha tenido y las distintas interpretaciones desplegadas entorno a esta temática, con el fin de comprender y complejizar este análisis. Las interpretaciones más conocidas acerca de la dependencia de la Argentina se han asociado estrechamente a la de América Latina. Entre las corrientes más conocidas sobre el tema encontramos el caso de la CEPAL -a raíz de los cuestionamientos que la crisis de la década del 30- o el desarrollo de la Teoría de la Dependencia y sus derivaciones resultado del particular contexto de la América Latina de los años 60 y 70. No obstante, el análisis de la dependencia argentina que propone este trabajo se ubica un par de años antes de ese contexto, en la segunda mitad de la década del veinte, período que consideramos como un escenario de ruptura. En ese tiempo encontramos el surgimiento de actores que asumirán su protagonismo en los años posteriores, de la misma manera que hallamos parte de las raíces del punto de inflexión que significó el Golpe de Estado de septiembre de 1930. En primer lugar, en los años previos a la crisis de 1929, los intereses de los EEUU se ampliaron desde Centroamérica al cono sur. Sea inversiones en la industria como la llegada de establecimientos de ese tipo (orientados para bienes de consumo interno), el mercado norteamericano comenzó a ocupar el espacio que las potencias europeas habían dejado tras el desastre de la Gran Guerra. En el caso argentino, esto se tradujo en la disputa por el mercado de la carne por parte de los frigoríficos norteamericanos e ingleses. La llamada guerra de las carnes fue una muestra del cambio de eje de la economía internacional: los EEUU avanzando por sobre la vieja Europa industrial. En segundo lugar, ya introduciéndonos en cuestiones internas, la Argentina asistía a los últimos años de la economía agroexportadora y en paralelo surgían nuevas fuerzas políticas. Este es el contexto en que comienza a reestructurarse el escenario de la clase obrera argentina, en el que hace su aparición el Partido Comunista de la Argentina. Para mediados de los años veinte, el PCA se encontraba en una etapa formativa decisiva. Esto incluyó divisiones internas y debates entorno a la posición que el partido debía tomar respecto a temáticas del período, con el objetivo de delinear su perfil político revolucionario. Gran parte de estas deliberaciones estuvieron relacionadas a la actividad y cercanía de la Internacional Comunista o IIIª Internacional. En su intento por construir y constituirse como la opción revolucionaria de la clase obrera en la Argentina, el PCA realizó sus propias lecturas sobre la realidad de nuestro país al tiempo que fue abriéndose paso y ganándose un lugar en el movimiento obrero. De esta manera, nuestro trabajo propone estudiar la posición y el análisis que el PCA realizó sobre la dependencia económica y política de la Argentina en una etapa previa al desarrollo de las teorías más importantes sobre esa cuestión.

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