BECAS
ACUÑA Francisco
congresos y reuniones científicas
Título:
Evaluación virtual: ¿qué esperamos de nuestros estudiantes?
Autor/es:
ALVAREZ BETIANA; GOMEZ CASTRO, GIMENA; ACUÑA FRANCISCO; NORMA VIVIANA GONZÁLEZ
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Jornada; VII Jornadas de Investigación Educativa y VI Jornadas de Práctica de la Enseñanza del Profesorado en Ciencias Biológicas de la FCEFyN ? UNC; 2021
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales - Universidad Nacional de Córdoba
Resumen:
En 2021 realizamos la primera edición totalmente a distancia del módulo Biología Celular del Curso de Inserción a la Vida Universitaria de la carrera Medicina Veterinaria. La elevada matrícula de estudiantes (≈1200) nos instó a pensar cuál sería la mejor manera de incorporar la evaluación a los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se implementaron autoevaluaciones semanales (4 totales) mediante cuestionarios Moodle, consistentes en 10 preguntas de opción múltiple, con sus respectivas retroalimentaciones, y posibilidades ilimitadas para resolverlo sin necesidad de alcanzar una nota mínima. La finalidad apuntó a que los estudiantes las aprovecharan como una instancia más de aprendizaje. Aproximadamente, el 30 % de los alumnos las realizaron al menos 2 veces; de ellos en el 95 % de los casos obtuvieron notas superiores al primer intento. El promedio de notas en los primeros intentos rondó los 5,50 puntos, mientras que para los últimos, la mayor frecuencia estuvo en el rango de 9 y 10 puntos. Asimismo, las repeticiones de la autoevaluación fueron mayores en la primera semana (33%), disminuyendo hacia la última (12%). Según Litwin (2010), la evaluación es parte del proceso pedagógico e implica para los estudiantes una toma de conciencia de los aprendizajes adquiridos y, para los docentes, una interpretación de las implicancias de la enseñanza. Estos resultados confirmarían la finalidad propuesta para las autoevaluaciones. Sin embargo, no descartamos la ventaja obtenida al conocer las respuestas y retroalimentaciones del primer intento. Una buena práctica de evaluación no solo impacta en los aprendizajes de los alumnos, sino que, a partir de su revisión, los docentes se examinan como planificadores, enseñantes y evaluadores (Anijovich y González, 2011). Esto nos invita a reflexionar sobre el futuro y el rediseño de una autoevaluación que favorezca la integración de contenidos, y que supere su concepción como un mecanismo de acreditación.