Spinoza y Deleuze: el amor, la pasión, la fuga

MÉNDEZ, PABLO MARTÍN

Spinoza. Séptimo Coloquio

Brujas

Lugar: Córdoba; Año: 2011; p. 207 - 215

Baruch de Spinoza ha señalado que la alegría es una pasión por medio de la cual el cuerpo y el alma pasan a una mayor perfección, y que el amor no es otra cosa que la alegría acompañada por la idea de una causa externa, es decir, por la idea de aquello que favorece al cuerpo. Antes que algo abstracto, el amor es entonces todo un movimiento que dispone al cuerpo para ser afectado de muchísimos modos. Siguiendo a Gilles Deleuze, en este trabajo se intenta concebir al amor como un movimiento continuo de desterritorialización y reterritorialización, como la constitución de una línea de fuga que lleva al cuerpo cada vez más lejos. Ahora bien, es necesario tener en cuenta que el amor en tanto movimiento de fuga presenta toda una serie de problemas que no dejan de entrelazarse entre sí y que, ciertamente, son tan reales y concretos como el amor mismo. En primer lugar, el trabajo sostiene que el amor puede generar un deseo lo suficientemente grande como para impedir las demás acciones del cuerpo y detener el movimiento de fuga. De donde se sigue el segundo problema a tener en cuenta, esto es, la necesidad de que ese movimiento se conecte con otros movimientos de fuga que le permitan mutar constantemente. Como se trata de demostrar, el amor no se reduce a meras cuestiones individuales, y ello porque conecta al cuerpo con un sinnúmero de fenómenos provenientes del campo social. En este sentido, el amor es siempre una cuestión de carácter ético y político. De aquí que el presente trabajo plantee como tercer y último problema la necesidad de llevar adelante una práctica política que, a partir de las cosas amadas, permita crear las condiciones necesarias para que el cuerpo pueda ser afectado de muchísimos modos.