INVESTIGADORES
MÉNDEZ Pablo MartÍn
capítulos de libros
Título:
Sobre las maneras de propagar un virus. Emergencia y expansión de las sociedades de control entre William Burroughs y Gilles Deleuze
Autor/es:
MENDEZ, PABLO MARTÍN
Libro:
Gilles Deleuze y la Ciencia. Modulaciones epistemológicas II
Editorial:
Biblos - Ediciones de la UNLa
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2014; p. 223 - 229
Resumen:
En Post-scriptum sobre las sociedades de control, Gilles Deleuze sostiene que William Burroughs propone el nombre de control para designar al nuevo monstruo que a su vez Michel Foucault avizoraría como un futuro inmediato. Teniendo en cuenta semejante afirmación, el presente trabajo recurre dos textos fundamentales de Burroughs, esto es, El almuerzo desnudo y La revolución electrónica, e indaga a partir de allí tanto la naturaleza del control como así también el conjunto de operaciones y de instrumentos que lo vuelven posible. Así pues, la consideración de ambos textos permitirá señalar que el control es en principio un virus capaz de invadir y ocupar la mente de los individuos, un virus que puede propagarse a través de la adicción a las drogas o, más generalmente, mediante el uso de las palabras. En el primer caso, la propagación del virus implica la implementación de una operación constante y meticulosa que Burroughs denominará como el álgebra de la necesidad. Según sostendrá el trabajo, además de ensañar al individuo adicto aquello que llegaría a sucederle si no consigue su ración de droga, esa operación conduce sobre todo a que la mente del mismo quede atrapada en un estado de demora, en un estado tal que cualquier dosis recibida resulte siempre insuficiente e insatisfactoria. Respecto al segundo caso, se deberá advertir que la propagación tiende a apoyarse fundamentalmente en el despliegue de dispositivos tecnológicos construidos para emitir imágenes y palabras a grandes distancias, dispositivos que en última instancia garantizan la invasión y el control de los procesos de pensamiento. Sin embargo, y como se indicará finalmente, también resultará necesario atender al hecho de que Burroughs convierte a dichos dispositivos en instrumentos de sabotaje que permiten la inoculación de las palabras y el consecuente acceso a los estados no verbales de la mente.