INVESTIGADORES
IBARLUCÍA Ricardo
libros
Título:
Vampiria. Veinticuatro historia de revnientes en cuerpo, upires y otros chupadores de sangre
Autor/es:
IBARLUCÍA, RICARDO (EDICIÓN CRÍTICA); CASTELLÓ-JOUBERT, VALERIA (EDICIÓN CRÍTICA)
Editorial:
Adriana Hildalgo, col. El otro lado/Clásicos, 4ª ed. en Argentina-1ª ed. en España
Referencias:
Lugar: Madrid; Año: 2017 p. 624
ISSN:
978-84-16287-01-7
Resumen:
EDICIÓN REVISaADA Y AUMENTADA. Este libro reúne, en una edición crítica, veinticuatro historias, una por cada hora de una larga y tenebrosa jornada que comienza a la luz de las velas, cierta medianoche de 1816, junto al lago de Ginebra, con el primer cuento de vampiros de la literatura europea, "El Vampiro", de Polidori y se cierra en Buenos Aires, hacia 1927, con "El Vampiro" de Horacio Quiroga, en la sala vacía de un cinematógrafo donde se desvanece para siempre el espectro mudo de una actriz de Hollywood. El protagonista único de todos estos relatos es el mismo: un ser maligno, abyecto, ubicuo, recurrente como las pesadillas. Criatura de la noche, el vampiro es uno de los motivos característicos de la literatura romántica. El origen de la superstición se relaciona estrechamente con el problema religioso de la corrupción de los cuerpos: los cristianos ortodoxos estaban convencidos de que los cadáveres que no llegaban a corromperse pertenecían a excomulgados; para los cismáticos, los muertos sin absolución se convertían en malvados hechiceros y el único modo de deshacerse de ellos era profanando sus tumbas, arrancándoles el corazón y quemando separadamente sus restos. En 1820, Charles Nodier, precursor del romanticismo francés y artífice del género fantástico, publicó con el nombre de Cyprien Bérard, "Lord Ruthwen o los vampiros", una extraña novela de la que ofrecemos un capítulo por primera vez en español. Prosper Mérimée escribió en 1827 las leyendas morlacas de "La Guzla", cuyo capítulo "Sobre el vampirismo" presentamos también por primera vez en español. Se incluyen historias de otros autores franceses como Alexandre Dumas, Théophile Gautier y Paul Féval, quien introduce por primera vez la figura de la vampiria. Otra de las perlas de esta edición es la versión original de "El Horla", de Guy de Maupassant, que se ofrece tambien por primera vez en castellano. El romanticismo alemán está representado por "Vampirismo", de E.T.A.Hoffmann y "Deja a los muertos en paz", de Ernst Raupach. El motivo de la amada del sepulcro regresa en tres de los cuatro relatos de escritores estadounidenses seleccionados: "Berenice" de Edgar Allan Poe, conocido hasta ahora en lengua española por una versión menos extensa y escabrosa que la que ofrecimos aquí. "El misterio de Ken", de Julian Hawthorne, traslada el vampirismo a las brumosas astas de Irlanda. Francis Marion Crawford, en cambio, sitúa "Porque la sangre es la vida" bajo el cálido sol de Calabria, donde la novia difunta se vincula con la idea de una substancia maldita, inaprensible y sin contornos. Ya dentro del siglo XX, se ofrece "El intruso", de Howard Phillips Lovecraft, deudor de la escritura de Poe y de la tradición gótica. Es el primer relato donde el vampiro es al mismo tiempo personaje y narrador. Hay dos autores irlandeses decisivos para el género: Joseph Sheridan Le Fanu y Bram Stoker. Del primero se ofrece la nouvelle "Carmilla", que ha motivado distintas adaptaciones cinematográficas. Mientras que "El invitado de Drácula" es el supuesto primer capítulo de la novela de Stoker, eliminado por los editores en 1897, exhumado por su viuda en 1914 y recogido en Vampiria. Cuatro relatos de autores británicos -cierran, junto con el primer capítulo de "Varney el vampiro", de James Malcom Rymer-, el panorama del género en lengua inglesa. Dos se encontraban, hasta el momento, inéditos en castellano: "La verdadera historia de un vampiro" del Conde Eric Stanislaus Stenbock y "La buena Lady Ducayne" de Mary Elizabeth Braddon. Los otros dos pertenecen a Montague Rhodes James y Edward Frederick Benson. El horror ancestral por los vampiros suscita una respuesta humorística entre otros, en Alexei Tolstoi, con la nouvelle "Upires", una farsa cruel y apocalíptica de la aristocracia rusa. Los dos cuentos escritos en lengua española y concebidos en Buenos Aires, son "Thanatopía", de Rubén Darío y "El vampiro" de Quiroga.