INVESTIGADORES
IBARLUCÍA Ricardo
congresos y reuniones científicas
Título:
Arte y estetización de la experiencia
Autor/es:
IBARLUCÍA, RICARDO
Reunión:
Congreso; XIV Congreso Nacional de Filosofía; 2007
Institución organizadora:
AFRA
Resumen:
¿Cuál es, hoy en día, la tarea de la estética? Hasta hace casi cuarenta años, el uso de la palabra para designar una reflexión filosófica sobre el arte estaba tan desacreditado que Theodor W. Adorno pudo escribir en el comienzo de su "Primera Introducción" a Teoría estética: "El concepto de estética filosófica tiene algo de anticuado, al igual que el concepto de sistema o de moral" (Adorno, Th. W., Ästhetische Theorie, Francfort del Meno, Suhrkamp, 1970, p. 495). En las décadas siguientes, sin embargo, la denominada "crisis del arte contemporáneo" su "des-definición" y su "des-estetización", según el famoso diagnóstico de Harold Rosenberg a propósito del arte de vanguardia de los años sesenta (Rosenberg, H., The De-definition of Art. Action Art to Pop to Earthworks, Nueva Cork, Horizon Press, 1972, p. 11 ss.)" tuvo paradójicamente por consecuencia un retorno de la estética y de la filosofía del arte "expresado en un número creciente de publicaciones, coloquios internacionales, debates" que no en todos los casos ha comportado una renovación teórica. Autores como Marc Jimenez ven en esta nueva necesidad de teoría la contrapartida de "la crisis de legitimación del arte" operada por el modernismo que, al disolver "los valores relativos a la belleza", habría desembocado para algunos en la "muerte del arte" tantas veces proclamada desde Hegel: "Esta crisis de legitimación afecta al arte en su esencia, y la imposibilidad de decir lo que él es o lo que no es no permite siquiera responder a esta pregunta sin embargo primordial: ¿cuándo hay o no arte? (Jimenez, M., Qu´est-ce que l´esthétique?, París, Gallimard, 1997, pp. 14-15). Otros filósofos, como Jean-Marie Schaeffer, entienden que la crisis no cocierne al arte mismo, sino al discurso filosófico "la teoría especulativa del arte" que le ha servido de legitimación y que en sus diversas formulaciones (romántica, sistemática, cósmica, genealógica, existencial, marxista, vanguardista) ha llevado a una sacralización (o resacralización, si se prefiere) del arte como "saber fundamental", "conocimiento extático", "revelación de verdades últimas, inaccesibles a las actividades cognitivas profanas" (Schaeffer, J-M., L'Art de l'Âge Moderne. L'esthétique et la philosophie de l'art du XVIIIe siècle à nos jours, París, Gallimard, 1992, p. 15). Por su parte, los filósofos de la tradición analítica norteamericana han intentado dar respuesta a esta crisis, ya argumentando, como Arthur Danto, que "la definición del arte se ha vuelto parte de la naturaleza misma del arte de un modo explícito" (Danto, Arthur, The Transfiguration of the Commonplace. A Philosophy of Art, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1981, p. 56), ya introduciendo, como George Dickie, una "teoría institucional" y operatoria del arte, en virtud de la cual el "mundo del arte" podría ampliarse indefinidamente (Dickie, G, The Art Circle: A Theory of Art, Evanston, Chicago Spectrum Press, 1997, cap. 1). La filosofía del arte contemporánea se encuentra de este modo atravesada por un debate que compromete sus propios fundamentos: por un lado, la estética es cuestionada como "doctrina filosófica", visión del mundo o ideología; por el otro, su objeto mismo parece haberse desvanecido con el advenimiento de lo que Yves Michaud llama "la era del triunfo de la estética", un tiempo en el que "la belleza no tiene límites" y "el arte desborda en todas partes hasta el punto de no estar en ninguna" (Michaud, Y. El arte en estado gaseoso. Ensayo sobre el triunfo de la estética, México, FCE, 2007, p. 10-11, 149 ss.). De aquí que tenga sentido preguntarse, reactualizando las tesis de Walter Benjamin en su ensayo sobre "La obra de arte", si la experiencia estética es aún posible en la época de la "estetización de la experiencia". Sin embargo, los presupuestos de la lectura de Michaud deben ser colocados en perspectiva a los fines de examinar de qué modo, bajo qué condiciones y con qué marco conceptual la filosofía puede seguir pensando el arte.