El obtuso vegetar prehistórico. Sobre la dialéctica de historia y naturakeza en Adorno y Horkheimer

PAULA GARCÍA CHEREP; BRUNO GROSSI

Congreso; Las Humanidades por venir. Políticas y debates en el siglo XXI; 2019

En el ?Excurso I: Odiseo, o mito e ilustración? de Dialéctica de la ilustración de Theodor W. Adorno y Max Horkheimer aparece tematizado el modo en que el sujeto moderno se fundó sobre la base de la represión de lo natural en él. Cada episodio de La odisea de Homero les sirve a los frankfurtianos para dar cuenta del modo en el que la razón se va sobreponiendo a los elementos míticos-irracionales que se le presentan frente a sí. Pero en el afán de la autoconservación lo que se pierde en dicha conquista es nada menos que la intensidad de la experiencia. Esto resulta evidente en los episodios de los lotófagos y de Circe, ya que allí la tensión dialéctica se plantea constantemente entre la conservación del sí mismo racional mediante el trabajo administrado y un estado de abandono, cuasi vegetal o animal, que asemeja por momentos la imagen misma de la felicidad. Si bien la posibilidad de una vida feliz y emancipada es la promesa del trabajo impuesto por el cálculo racional, esa posibilidad no es sino eternamente postergada por esa vía, que en el presente sólo genera sometimiento. Por otra parte, la felicidad no tiene el carácter de una mera promesa en el caso de los episodios míticos, sino que en ellos la vida feliz es realizada; aunque en los episodios mencionados de La odisea muestran tal relación con la naturaleza que recuerda a alguna forma de existencia más ingenua e inmediata, previa a la sociedad actual. Lo apariencial se debe no sólo al hecho de que el retorno a un momento previo de la historia de la humanidad no puede concretarse acabadamente, sino también a que dicho momento es también una construcción retrospectiva de la idea de una naturaleza plena de sentido, desde un presente hiper mediado por el pensamiento instrumental. En este sentido la imagen de ?la felicidad aparente? vuelve sensibles las tensiones irreductibles de las que toda teoría, estética y filosófica, debe dar cuenta. Entre la mitigación parcial del dolor y la pérdida de la conciencia, se estaría planteando la necesidad de alcanzar una felicidad que no olvide dichos momentos, ya que -como sostiene Adorno- la verdad son los extremos que se tocan. De allí que frente a la concepción biopolítica de corte foucaultiana que parece admitir la posibilidad de la existencia de una inmediatez previa a las modernas tecnologías de control, la crítica de la racionalidad de Adorno y Horkheimer es inescindible de una crítica a nuestra relación con la naturaleza. Dicha reflexión, en tanto momento necesario sin el cual toda construcción de un proyecto comunitario es imposible, pone el énfasis en las mediaciones necesarias para pensar una emancipación que no olvide ni idealice lo históricamente otro de la racionalidad.