INVESTIGADORES
MARIONI LucÍa
congresos y reuniones científicas
Título:
Entre raperos, coordinadores de talleres culturales, directivos escolares y operadores de política pública. Tensiones sobre los vínculos y colaboraciones en una etnografía sobre jóvenes que hacen rap Paraná, Entre Ríos, Argentina.
Autor/es:
LUCÍA MARIONI
Reunión:
Encuentro; I Encuentro de etnografías colaborativas y comprometidas; 2021
Institución organizadora:
GIIPEC
Resumen:
Desde el año 2017 y hasta 2020 he compartido diferentes tiempos y espacios con un grupo de jóvenes cuyas vidas cotidianas están atravesadas de un modo profundo por prácticas de música rap, en el marco del trabajo de campo de una investigación etnográfica que buscó comprender los sentidos que adquieren esas prácticas desde su perspectiva y que ahora devino en otra investigación centrada en un conjunto de políticas públicas que las alcanzan. Estos jóvenes, que desde una zona empobrecida de la ciudad de Paraná dan forma narrativa a sus vidas y a sus territorios y llamaré aquí los raperos del Oeste, articulan puestas en escena junto con jóvenes del resto de la periferia paranaense ?como las batallas de freestyle en las plazas céntricas de la ciudad- y protagonizan otras diseñadas y sostenidas por diferentes actores institucionales locales entre los que se destacan el Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (CoPNAF) y el Consejo General de Educación (CGE) de Entre Ríos. Estas últimas puestas en escena, a su vez, son producto de articulaciones construidas previamente por estos jóvenes en el contexto de su participación en un Centro de Actividades Juveniles que funcionó hasta 2018 en la única escuela secundaria de la zona: un programa del Ministerio de Educación de la Nación que proponía la conformación y desarrollo de espacios de talleres culturales en instituciones educativas secundarias por fuera de los horarios escolares orientados por imperativos de inclusión socioeducativa. Fue en el contexto de esos talleres en el que me acerqué a ellos por primera vez y en el que transcurrió buena parte del trabajo de campo de la investigación que es objeto de las reflexiones que aquí busco poner en diálogo. Los actores cuyas acciones, condiciones, problemáticas, creencias y expectativas se pusieron en juego en esta experiencia etnográfica fueron varios y con diferentes y desiguales posiciones en las relaciones de poder y de sentido que la componen: participaron de la interacción el grupo de raperos, sus pares del Centro de Actividades Juveniles, jóvenes de otras zonas empobrecidas de la ciudad con quienes aquellos comparten una socialidad en torno a las prácticas raperas, un coordinador y un grupo de talleristas de aquel Centro, directivos de la institución educativa donde este se emplazó y operadores de política con presencia en el territorio responsables de diferentes programas y espacios gubernamentales y no gubernamentales que tienen a estos jóvenes como destinatarios de sus acciones. De alguna manera u otra, todos estos actores se constituyeron en colaboradores directos o indirectos de la etnografía en cuestión, desde diferentes inscripciones y con distintos niveles de implicación en el proceso. Ahora bien, ¿con cuáles de ellos esta etnografía estableció un compromiso ético? ¿con cuáles específicamente se propuso colaborar? En consecuencia, ¿a cuáles y en qué medida incorporó como partícipes de la labor interpretativa?, ¿cuáles se conformaron en escribientes del texto etnográfico y cuáles no?, ¿qué especificidades y condiciones de la experiencia hicieron a ello?, ¿cómo modelaron la propia experiencia estas especificidades y condiciones? Si bien finalizado el proceso etnográfico podemos decir que los ocho raperos del Oeste y yo establecimos y sostuvimos el vínculo colaborativo principal que lo hizo posible, en el recorrido se volvieron inteligibles una serie de cuestiones que pusieron de manifiesto la colaboración como un proceso complejo, susceptible de asumir diferentes formas y grados. En esta oportunidad propongo compartir y poner en diálogo las particularidades que asumió esto en la experiencia y que hicieron del vínculo colaborativo un proceso forjado especialmente en las especificidades culturales, circunstancias y expectativas del grupo como en las decisiones metodológicas y éticas de nuestro trabajo.