Hacer hablar a las piedras: La cordillera de los sueños de Patricio Guzmán

GATTÁS VARGAS, MAIA

Memórias em Movimento. História e Trauma no Cinema Ibero-americano.

Imprensa da Universidade de Coimbra

Lugar: Coimbra; Año: 2023; p. 251 - 272

En la trilogía de documentales-ensayo compuesta por Nostalgias de la luz (2010), El botón de nácar (2015),  y La Cordillera de los sueños (2019), Patricio Guzmán realiza un retrato de los paisajes de Chile atravesados por una memoria fuertemente política. Nos muestra una geografía marcada por las supervivencias coloniales, por las cicatrices que ha dejado la dictadura militar (1973-1990) y sus rebotes en las políticas económicas neoliberales actuales. En las tres películas trabaja con imágenes metafóricas y poéticas pertenecientes al territorio de su país de origen. Primero, con el desierto de Atacama y sus cielos, establece una analogía entre las mujeres que buscan huesos en el desierto de sus familiares desaparecidos por la dictadura de Pinochet y los astrónomos que buscan señales en las estrellas muertas hace miles de años. Luego, en El Botón de Nácar, navega por las aguas frías del sur, donde se concentra en  el exterminio del pueblo Selknam, remontándose a la exploración colonial realizada por FitzRoy y Darwin. Toma el caso de Jemmy Button, un nativo de la etnia Yagán que, a cambio de un botón de nácar, es llevado, junto con otros dos a Inglaterra, para ser educados, civilizados y posteriormente devueltos a su tierra natal. Y en esta última película que cierra la tríada, será la Cordillera de Los Andes, sus metales y sus piedras las que nos cuentan parte de la historia política chilena. Aquí el golpe militar es nombrado como un temblor en la tierra, estableciendo así una asociación entre desastre natural y desastre político: el bombardeo de la Moneda en el 73  y un terremoto, un fenómeno muy recurrente en Chile. Pero a diferencia de las dos anteriores, en esta película es en la que el cineasta cuenta más sobre su relación personal con Chile: su prisión política en el Centro de detención del Estadio Nacional, su soledad en el exilio francés, y su nostalgia con su barrio de infancia.