Más allá de la heteronormatividad en el análisis de las relaciones entre género y tecnología

DELLACASA, MARÍA ALEJANDRA

Santa Fé

Congreso; IV Congreso Argentino de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología; 2022

Red Argentina de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología y Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional de Litoral

Las relaciones de género están contenidas en las tecnologías, igual que el resto de las relaciones sociales. Ya LangdonWinner (1980) ha mostrado el rol que juegan los artefactos tecnológicos en la naturalización y el mantenimiento de las relaciones sociales. Y si Winner se preguntaba si los artefactos tenían política, Berg& Lie (1993) se preguntan si los artefactos tienen género. Las relaciones entre el feminismo y la tecnología tienen larga data, los primeros estudios que abordan el género y la tecnología surgen en los ‘70 y ‘80, partiendo de la premisa de que tanto los sentidos y la direccionalidad de las tecnologías, como sus aplicaciones tienen marcas de género y esas marcas son masculinas. En este sentido, se afirma que la generización de los artefactos tecnológicos contribuye al mantenimiento de las relaciones sociales que ordenan la división sexual del trabajo, las jerarquías y desigualdades entre personas de acuerdo a su identidad de género, al mismo tiempo que reproducen, perpetúan o bien pueden desestabilizar el ordenamiento cisheteronormativo dominante. En este trabajo reflexionamos acerca de la posibilidad de co-producción del género y la tecnología, partiendo de una revisión del concepto de identidad de género y discutiendo los aportes de Judith Butler, Donna Haraway y de la TAR (teoría del Actor Red). Los análisis del feminismo constructivista de la tecnología (Wajcman, 2004; Faulkner, 2001), dan un paso adelante al problematizar la relación entre género y tecnología, superando la perspectiva limitante del determinismo tecnológico. Sin embargo, al concebir la identidad de género como una especie de ‘caja negra’ (Gill &Grint ,1995) cristalizan y reproducen las categorías y estructuras heteronormativas en sus investigaciones. Mostramos de qué modo las propias perspectivas analíticas obturan la mirada e invisibilizan otras posibles identidades o actores, tanto en lo que respecta al diseño, como al uso y apropiación de artefactos tecnológicos.Al mismo tiempo, en este trabajo, proponemos trascender el enfoque cisheteronormativo que parece permear, casi por completo, los estudios de género y tecnología. La mayoría de los textos representan la heterosexualidad como el modelo para todas las relaciones entre humanos y entre humanos y tecnología. Planteamos que la teoría Queer ofrece caminos críticos para pensar las relaciones de poder basadas en la sexualidad y el género, al tiempo que rechaza la idea del sujeto moderno. Para asumir un “doble construccionismo”, sería necesario pensar el género no como una identidad esencial que proviene del sujeto individual y que determina su relación con otrxs, sino como algo que emerge de complejas relaciones en que las personas y las tecnologías se presentan ensambladas.