Senderos que se bifurcan: la forma de la sociedad israelí y la premisa de una reconciliación

IGNACIO RULLANSKY

Madrid

Workshop; Seminario Permanente: ?Los Acuerdos de Oslo: Una Conmemoración?; 2023

Universidad Complutense de Madrid

La conmemoración de todo acontecimiento político puede devenir un ejercicioordenador del análisis sobre los desafíos del presente. Este año se cumplen 30 años deOslo y 75 de la creación del Estado de Israel y de la Nakba palestina. Cabe, ante todo,tomar el resguardo de no plantear un argumento dual, que sugiera que la historia delpueblo israelí y del palestino han seguido cursos separados. Por lo contrario, desde unpleno convencimiento del carácter interdependiente del proceso constitutivo mismode la identidad nacional de cada grupo, en los términos actualmente conocidos, estapropuesta introduce una perspectiva específica.Brevemente, será mi interés reponer, primero, que en el presente se proyectan losecos de temporalidades de experiencias diferentes de trauma y duelo. Pese a laexistencia de numerosos actores de la sociedad civil israelí y palestina que,respectivamente, colaboran en iniciativas de diálogo y encuentro, estos grupos norepresentan una mayoría considerable ni encuentran representación en opcionespartidarias progresistas o abiertas a la reconciliación. Cabe agregar que los partidos decentro, los que representan minorías etno-nacionales, religiosas, y a comunidadesdiversas, la centro-izquierda y la izquierda, se hallan fragmentadas y no han sidocapaces de articular propuestas y candidaturas con liderazgos sólidos y representativosde sectores potencialmente interesados en un proceso de paz activo y fructífero.Lejos de eso, el ámbito de deliberación política y de toma de decisioneseminentemente institucional del Estado de Israel y de la Autoridad Nacional Palestinaha operado, en los últimos treinta años, como un ámbito de progresivoanquilosamiento de alternativas de construcción política escasamente democráticas.Esta presentación se enfocará eminentemente en el caso israelí y examinará elliderazgo de Netanyahu, particularmente, en el contexto reciente, desde la sanción dela Ley Básica de Israel, Estado Nación del pueblo judío en 2018, hasta el golpe judicialque acontece en este año.La relevancia de centrarme en este período tiene que ver con la pronunciación de unproceso más largo de consolidación de un proyecto político eminente yprogresivamente autoritario como racista que presenta a Netanyahu a la cabeza decoaliciones de gobierno cada vez más conservadoras y menos representativas deopciones diversas del arco político israelí. La definición de nación y de interesesnacionales que introducen las alianzas a las cuales ha recurrido reiteradamente elprimer ministro más longevo en la historia de Israel han conducido a plantearexitosamente la introducción de mecanismos legales con el potencial de alterar elcarácter democrático del Estado.En este aspecto, la tendencia presente marca una bifurcación elemental respecto aOslo. Durante la década de 2010, la conducción de Netanyahu no propugnócomprometidamente la participación en nuevas negociaciones. En el presente, hacia elinterior del propio Estado, su liderazgo ha habilitado a grupos minoritarios de la ultra-ortodoxia más extrema, otrora proscriptos de la vida política por su carácterdenodadamente antidemocrático y violento, a integrar bloques para vadearsemejantes restricciones legales.De ese modo, hoy, estos actores forman parte de una coalición que amenaza laslibertades y derechos de minorías étnicas, religiosas, de género, pero también, quepone en jaque las libertades del propio judaísmo secular, demográficamente, másnumeroso que el sector al que estos nuevos legisladores representan. Pero si, por unlado, una tendencia antidemocrática pareciera buscar establecer contenidos fijos parauna definición sustancial de la nación en tanto colectivo excluyente de sus minoríasconstitutivas, por otro lado, crecientes y contundentes movilizaciones toman elespacio público para mostrar una respuesta notablemente democrática en contra dedicha dinámica.Sostengo que el giro a la derecha pronunciado y alentado por Netanyahu, hoyreflejado en el golpe institucional contra la independencia de poderes que debilita a laCorte Suprema, constituye una bifurcación respecto a Oslo. Entiendo que semejanteproceso al interior del Estado potencialmente erosionará cualquier vocación dereencauzar el proceso de paz en lo venidero. Por tanto, este gesto también ensanchaaquella bifurcación previa, que cumple hoy setenta y cinco años, aunque comodecimos, hay motivos para tener esperanzas en que la democracia israelí aún puedeser defendida.Desde 1948, las vidas de israelíes y palestinos quedaron inextricable y recíprocamenteligadas entre sí. Podríamos decir que unos y otros cohabitan, de hecho, un jardínrepleto de infraestructuras y tecnologías que tejen y expanden desigualdades entreellos. Este jardín está plagado de senderos que bifurcan experiencias de habitarespacios también desigualmente compartidos. Pero son senderos que, al fin,irremediablemente, conducen al encuentro con el otro. En esta presentaciónexploraremos en qué condiciones la transformación actual de la sociedad israelípromueve dicho encuentro.