Prolegómenos a cualquier teoría de sistemas II: las supermáquinas de Jakob von Uexküll

ILCIC, ANDRÉS A.

Mar del Plata

Congreso; VIII Coloquio Internacional de Filosofía de la Técnica, "El estatuto de lo artificial"; 2017

ANPCyT; Universidad Nacional de Mar del Plata; AAdIE--CONICET

En su versión más sencilla, el vitalismo es la posición que sostiene que en todos los seres vivos opera algún principio que no puede ser reducido a las operaciones básicas que realizan sus elementos y es éste principio el responsable de que los seres vivos sean efectivamente vivos. Es decir que hay una diferencia fundamental entre las propiedades de lo vivo y de lo meramente físico o, en una versión quizás algo más débil, que están regidos por principios diferentes. Si bien se suele considerar que el vitalismo recibió un golpe definitivo en 1828 con la síntesis de la urea, muchos científicos continuaron sosteniendo alguna variante de vitalismo, en tanto a la alternativa mecanicista parecía escapársele algunas explicaciones. Estas tensiones continuaron presentes en el surgimiento de la biología teórica a comienzos del siglo XX y recién lograron encontrar cierta síntesis con el surgimiento de lo que se conoce como la Teoría General de los Sistemas, promovida especialmente por von Bertalanffy desde 1937. Son múltiples las influencias que recibe el filósofo austríaco y que le motivan a comenzar el desarrollo de su teoría general de los sistemas (ver Pouvreau & Drack, 2007). Una de las influencias científicas que recibe y que ha sido menos tratada es la del biólogo estonio Jakob von Uexküll, quien tuvo un rol predominante en el surgimiento de la biología teórica a comienzos del siglo pasado, en particular con la publicación de Teoretische Biologie (von Uexküll, 1920/1928), además de haber sido leído por importantes filósofos continentales como Heidegger y Merleau-Ponty, quienes adoptan varias de sus tesis. Son al menos tres los aspectos generales que se pueden observar que Bertalanffy toma de las discusiones de von Uexküll: (1) la importancia de una imagen biológica y holista del mundo, con cierto énfasis en la noción de ?sistema?, (2) la identificación explícita de la organización como objeto de estudio de la biología y la posibilidad de una ?ciencia de la organización?, y (3) la preocupación por intentar superar la vieja dicotomía entre el vitalismo y el mecanicismo. Tras realizar una breve exposición de los conceptos claves de la teoría general de los sistemas, en este trabajo nos concentraremos sobre (3) ya que no sólo es un espécimen de una de las discusiones teóricas más importantes de comienzos del siglo pasado sino también de actual interés para comprender la dinámica detrás de las explicaciones mecanicistas de sistemas complejos. A su vez, como también señalaremos en este trabajo, al emprender su argumento en contra de la concepción maquinista de la biología, von Uexküll debe enfrentarse con el problema la distinción entre los meros objetos (aquellos que se pueden explicar de acuerdo a la causalidad que los ordena) y los implementos, en los que es necesario apelar a alguna idea de diseño sin la cual no pueden ser sistematizados, problema de profundo interés para la filosofía de la técnica contemporánea.