BECAS
STEIMBREGER Lautaro
capítulos de libros
Título:
Algunas palabras sobre pandemia, educación y conversación
Autor/es:
LAUTARO STEIMBREGER; ANDREA STEFANÍA SIERRA BONILLA; MÓNICA GABRIELA PORTILLA
Libro:
Miradas cruzadas sobre educación y pandemia. El desafío de conversar sobre el presente
Editorial:
Topos. Editorial del IPEHCS
Referencias:
Lugar: Neuquén; Año: 2021; p. 11 - 17
Resumen:
El 30 de enero de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara el brote del nuevo coronavirus (Covid-19) como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII), tomando así el estatuto de pandemia. El virus devino global, y sus repercusiones funestas. Los Estados ?nacionales y plurinacionales? se vieron impelidos a tomar medidas para afrontar lo que se avecinaba como una auténtica crisis sanitaria. El Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) primero, y luego el Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO), fueron las medidas de protección sanitaria más comúnmente implementadas para frenar la escalada de contagios . De esta manera, el flagelo de la pandemia vino por dos flancos: por un lado, la peligrosidad del virus nos puso de cara a la enfermedad y la muerte, y por otro, las medidas necesarias para afrontarlo nos condujeron al confinamiento y la distancia social.Numerosas y diversas voces se alzaron pronto para denunciar las desigualdades que el virus iba develando o profundizando a su paso, a lo largo y a lo ancho del globo. En el caso de los países de América Latina y el Caribe, la desigualdad social se acentuó de manera exacerbada, vulnerando aún más a los sectores desfavorecidos de la población: la pobreza y la pobreza extrema alcanzaron hacia fines del 2020 los niveles más elevados de los últimos 12 y 20 años, respectivamente; y las tasas de ocupación y participación laboral decrecieron abismalmente, sobre todo en las mujeres, debido a la pandemia (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2021). Los derechos humanos elementales se pusieron en jaque: alimentación, salud, trabajo, vivienda digna, transporte, educación, etc. De este modo, la crisis del Covid-19 trascendió el ámbito de la salud pública y devino crisis económica, social y humanitaria . En este contexto, los gobiernos de la región tuvieron que generar políticas públicas centradas en combatir tanto la crisis sanitaria como sus efectos en otras esferas. Esto se dio con mayor o menor debate e impacto en los distintos países.Por otra parte, las nuevas condiciones obligaron a reconfigurar (y resignificar) espacios, tiempos, prácticas y modos de relacionarnos para poder sostener la vida institucional y los vínculos en general. La presencialidad y el encuentro cara a cara se restringieron de manera abrupta, marcando un signo de estos tiempos, no obstante, hallamos modos otros de encontrarnos, estar presentes y ocuparnos de lo que (nos) importa. En esto, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) jugaron ?y aún lo hacen? un papel crucial, pues de alguna manera, hicieron posible la continuidad de muchas actividades a través de entornos virtuales. Al tiempo, su inminente necesariedad delató el desigual acceso a las mismas, y a la conectividad.En el campo de la educación, las repercusiones de la pandemia fueron drásticas: inmediatas y demandando grandes esfuerzos. Se instaló la enseñanza mediada por TIC como única alternativa para procurar lograr la mentada ?continuidad pedagógica? en todos los niveles educativos. Y el ámbito doméstico se transformó en espacio de enseñanza y formación , lo cual implicó una reorganización de espacios, tiempos, tareas y recursos tecnológicos en el interior de los núcleos familiares o de convivencia. El nuevo escenario se instauraba con celeridad, y al tiempo se evidenciaban dificultades y limitaciones ?algunas novedosas, y otras no tanto? en gran parte de la población estudiantil para acceder a la educación virtual, para permanecer en los cursados y para resolver tareas y evaluaciones. A mitad del año pasado, Puiggrós (2020) afirmaba que en Argentina un 50% de estudiantes potenciales de todos los niveles cedieron a la desconexión ante la forzosa y repentina transición a la virtualidad, y sospechaba que la mitad de ellxs podía no regresar al sistema educativo, al menos, en lo inmediato. La brecha digital se profundizó, y con ella también las desigualdades sociales y educativas, con mayor repercusión en poblaciones rurales y campesinas, sectores en situación de pobreza, personas con discapacidad y comunidades históricamente invisibilizadas por los Estados. En el ámbito de la docencia el sacudón fue, también, fuerte. Cerrados los establecimientos educativos, abolida la presencialidad, con el hogar como lugar de trabajo y sin las herramientas de trabajo habituales, no quedó otra opción que redoblar esfuerzos y tratar de acomodarnos a lo que se imponía como ?nueva normalidad? educativa. Lo que siguió fue: adaptar las clases a los entornos virtuales, readecuar contenidos curriculares, tareas y formas de evaluación, aprender a usar diversas aplicaciones y plataformas para habilitar vías de comunicación y para producir materiales audiovisuales con fines educativos, acompañar y orientar a lxs estudiantes en sus propios procesos de adaptación a los nuevos medios, reorganizar la agenda laboral y también la vida hogareña, reacomodar espacios de la casa para impartir las clases, etc. Procuramos así, ir dando respuestas ?con mayor o menor éxito? a las demandas que paulatinamente iban emergiendo, provenientes tanto de las políticas estatales e institucionales, como de los equipos de conducción o de cátedra, de colegas, del estudiantado y de sus familias. No sin horas extras de trabajo, cansancio y malestares varios.En síntesis, atravesamos un momento histórico que demanda pensamiento para afrontar los desafíos y construir sentidos, pero un pensamiento que sea la resultante de múltiples voces y perspectivas: un pensamiento polifónico. A la hora de buscar comprender, producir conocimientos y proyectar acciones sobre los asuntos que nos (pre)ocupan, aún más en momentos coyunturales como estos, signados por la incertidumbre, el vértigo y la premura, conversar y pensar-juntxs se vuelve la vía regia. O mejor, conversar para que el pensamiento pueda emerger en el intersticio de voces, gestos y miradas que se cruzan . Por otra parte, conversar requiere acudir a un lenguaje y hallar palabras adecuadas para nombrar y dotar de sentido a eso que nos pasa por el cuerpo (afectos e ideas); y esto se presenta como un desafío no menor, cuando muchas palabras parecen haber quedado huecas. Estas premisas nos animaron a realizar un evento para encontrarnos con colegas de otras latitudes de Iberoamérica con el fin de conversar sobre el presente de la educación, es decir, sobre la educación en contexto de pandemia.De esta manera, a partir de una propuesta interinstitucional entre el Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales (IPEHCS) CONICET-UNCo , la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Comahue y la Facultad de Educación de la Universidad Santiago de Cali, Colombia, desarrollamos durante el segundo semestre del 2020 el Ciclo de charlas internacionales: Conversar el presente . El propósito perseguido fue doble: crear un espacio de conversación con referentes internacionales para pensar juntxs los efectos de la pandemia en la educación, y fortalecer los vínculos de cooperación internacional a través del intercambio de experiencias y saberes producidos a nivel local.El presente cuaderno compila las intervenciones que allí se dieron, pero nutridas por el trabajo de la escritura y las resonancias que dejó el encuentro. Nos encontramos entonces con cinco capítulos bien diferentes entre sí, que amalgaman estilos personales de escritura y modos de hilvar ideas, focos temáticos y contextos singulares de producción de conocimiento. Lxs autorxs nos invitan una vez más a conversar el presente, ese que nos acompañó particularmente durante el 2020, pero que aún nos deja mucho que decir y pensar en nuestras distintas realidades, en nuestros, quizá no tan distintos, presentes.En el capítulo ?Escuela: digitalidad, tramas de conexión, potencias. Nuevas gramáticas? Julio Cesar Sepulveda Carvajal sugiere habitar las preguntas, aquellos interrogantes que se multiplicaron como obsequio de la incertidumbre de estos tiempos. Uno de estos inauguró nuestro encuentro virtual y vuelve hoy sobre este cuaderno: ¿qué preguntarnos a propósito de la escuela, de los cuerpos en las pantallas, de los contactos, del cuidado de sí, de las desigualdades, de los rituales? Así, el autor nos lleva a recordar los impetuosos pasajes que se nos presentaron en estos tiempos: la profundización de las desigualdades y su estrecha relación con la escuela, los efectos subjetivos y políticos del acto de educar, y la potencia de la escuela junto a sus maestrxs y estudiantes. Esta potencia es presentada como la posibilidad de que otros mundos sean posibles y que, en palabras del autor, sea un particular tipo de potencia; como la de aquellas palabras que una vez pronunciadas se transforman en actos.En ?Escuela: cuerpos en pantalla?, Humberto Quiceno Castrillón y Mónica Gabriela Portilla establecen una relación entre la escuela y la pandemia a partir de reflexiones sobre el cuidado de sí y de lxs demás, y la influencia de la medicina y el campo empresarial. Allí distinguen tres configuraciones de la escuela: casa-espiritual, escuela-laica y casa-digital; y las conectan con tres peligros o pérdidas: la espiritualidad, el cuidado de sí mismx y la escuela como lugar para ser otrx. Estos sentidos que plantean lxs autorxs son analizados a partir de hechos como la pandemia, el confinamiento, la escuela-casa, la virtualidad y la educación remota, así como la injerencia del Estado y su política sobre la salud, la educación y las tecnologías. El desarrollo se completa con un análisis sobre la virtualidad y la prespecialidad en dos direcciones: la primera, que sintetizan con la fórmula ?casa-escuela-pantalla?, es la que parte de la escuela autónoma que conocemos a la escuela en el seno familiar mediada por pantallas; y la segunda, es un movimiento de retorno la escuela presencial, pero que ya no es la misma, es la escuela de la nueva normalidad-higiene.En ?Covid-19, crisis y gestión de las muertes en Brasil: retrocesos en educación y su impacto en las políticas sociales?, Aluísio Ferreira de Lima nos invita a recorrer la realidad concreta de Brasil permeada por la crisis producto del Covid y de la gestión que ha llevado el gobierno nacional neoliberal durante este tiempo. De esta manera, a través de una lectura crítica, podemos entonces encontrarnos con la profundización aguda de las desigualdades sociales producto de esta pandemia y potenciada por las acciones u omisiones de un gobierno de ultraderecha. Si bien lxs autorxs vienen enunciando, y denunciando, de distintas formas esta triada pandemia-educación-desigualdades, Aluísio Ferreira de Lima lo hace incluyendo las experiencias sociales de la pandemia vinculadas a la violencia de género. Esta relevante mirada nos invita también a pensar las nociones de racismo reproducidas desde el periodo colonial, entreviendo así la colonialidad del género, lo que nos permite detenernos en la necesaria reflexión sobre nuestros Estados Nacionales y sus improntas eurocéntricas y coloniales acentuadas en contextos de crisis, como el actualmente atravesado. Y ¿qué hacer con todo esto? La sensibilidad, el pensamiento crítico, junto con nuestra capacidad de indignarnos para luchar, pensar y escribir serán, en palabras del autor, imprescindibles en la lucha contra la cancelación y el olvido.En el capítulo ?Las vergüenzas del sistema educativo en tiempos de pandemia, y más allá?, Ignacio Rivas Flores brinda un análisis clave para comprender el engranaje de la institución escuela desde una lectura que podríamos decir macro: la escuela y sus relaciones con las comunidades, con los colectivos populares y con las distintas leyes estatales. Lo anterior arroja la necesaria crítica sobre, en palabras del autor, las políticas homogeneizadoras y tecnocráticas vigentes, y las políticas de la exclusión y del proceso de consolidación de una sociedad neoliberal, capitalista, patriarcal y occidentalizada que constituyen nuestro sistema mundo. De esta manera, surge el debate sobre un modelo educativo más de corte cuantitativo, transmisor y acumulativo vs uno de tipo comprensivo, inclusivo y equitativo. Para esto último, se hace imperioso el señalamiento del autor sobre la necesidad de empezar a pensar-nos desde una epistemología de la interculturalidad, de la complejidad y de la experiencia; una metodología basada en la indagación, la co-laboración y la participación; con un sistema de relaciones horizontales. En el último capítulo, titulado ?Las miserias del sistema educativo acentuadas por el Covid-19. Estudiantes en situación discapacidad?, Beatriz M. Celada presenta una serie de análisis y reflexiones orientadas a denunciar las desigualdades educativas que la pandemia vino a profundizar en el contexto del sistema educativo argentino. La autora ofrece datos concretos, producto de una investigación universitaria en curso, sobre las diversas dificultades que atravesaron lxs estudiantes de una escuela de nivel medio cuyo eje institucional se focaliza en la inclusión educativa, durante el 2020. Dichas dificultades, que se extienden de lo emocional a lo económico, tuvieron un mayor impacto en lxs estudiantes en situación de desventaja educativa y, más aún, en estudiantes en situación discapacidad. El desafío será, entonces: atender a las singularidades del estudiantado y dar respuesta mediante una educación diversificada para potenciar las condiciones de nuevas formas de accesibilidad.