INVESTIGADORES
MONTERO JerÓnimo
congresos y reuniones científicas
Título:
Esclavxs de la moda: Trabajadorxs de la indumentaria en Buenos Aires
Autor/es:
JERÓNIMO MONTERO
Lugar:
Montevideo
Reunión:
Encuentro; Noveno Encuentro de Geógrafos de América Latina; 2009
Institución organizadora:
Unión Geográfica de América Latina
Resumen:
El objetivo de este trabajo es el de hacer un aporte a la generación de teoría que apunte a desarrollar recomendaciones políticas que sirvan a los intereses de la clase trabajadora. Para ello se intenta explicar cómo las instituciones y los actores que actúan en distintas escalas geográficas influencian a las economías locales y/o regionales. La industria de la indumentaria en Buenos Aires es la actividad elegida. Las preguntas que guían nuestra investigación son las siguientes: ¿Cómo ha cambiado la producción de indumentaria en Buenos Aires en los últimos 25 años? ¿Cómo esos cambios han afectado a los trabajadores? ¿Cuáles son las principales influencias institucionales sobre esta actividad? ¿Cuáles son las respuestas de lxs trabajadorxs ante esos cambios? Durante la última década, algunos estudios sobre la industria de la indumentaria han facilitado la comprensión acerca de cómo se estructura el sector internacionalmente. Sin embargo, las investigaciones acerca de cómo se estructura localmente han sido pocas, ó en muchos casos se trata de estudios etnográficos que no han trascendido el ámbito local, ni han aportado a las explicaciones sobre cómo actores e instituciones actuando a escalas geográficas más amplias influencian esas realidades locales. En resumen, existe una preocupante falta de teoría que ayude a comprender estos fenómenos de manera detallada pero a la vez suficientemente amplia histórica y geográficamente hablando. La elección del estudio de caso se relaciona a una preocupación más política que académica, cual es la de la existencia de condiciones de esclavitud moderna en los miles de talleres de costura clandestinos ubicados en Buenos Aires. En éstos, trabajadorxs bolivianxs traídxs al país por talleristas connacionales trabajan hasta 18 horas al día, viven en el mismo lugar, duermen en colchones arrojados en el piso y muchas veces están encerradxs bajo llave. El tema involucra problemas como la trata de personas, el trabajo de menores y la reducción a la servidumbre. La existencia de este fenómeno se explica por las estrategias adoptadas por las firmas de indumentaria y por la inacción –o complicidad- de las autoridades nacionales, provinciales y locales encargadas de regular la actividad. En cuanto a las primeras, siguiendo las tendencias internacionales en el sector, durante la segunda mitad de los años ochenta las firmas comenzaron a externalizar la producción física de la indumentaria. Esta estrategia se acentuó durante los primeros años de los noventa, cuando la crisis económica y la importante caída en los precios de la ropa (derivada de los bajos precios de la indumentaria importada, una vez liberada de restricciones comerciales) llevaron a las firmas –viejas y nuevas- a buscar métodos para reducir el riesgo de producir indumentaria. Así, hoy en día la gran mayoría de las marcas maneja en sus propias instalaciones el diseño, corte, moldería, modelaje, almacenamiento, distribución y marketing, mientras que externalizan las fases más mano de obra intensivas (armado, costura, planchado y empaquetado). Dependiendo principalmente de la escala de la empresa, la terciarización se realiza a través de agencias de producto terminado o mediante el contacto directo con talleres de costura. Incluso cuando la marca o la agencia de producto terminado lleva las telas (ya cortadas) a un taller legal, el dueño del mismo puede volver a terciarizar una parte de la orden, extendiendo la cadena hacia abajo. En el fondo de la cadena, lxs mencionadxs trabajadorxs bolivianxs cosen y planchan un 80% de la indumentaria que se comercializa en el país. A través de la terciarización, las marcas de indumentaria han trasladado el riesgo a los actores más débiles de la cadena. Para evitar esto existe en la Argentina una vieja Ley de Trabajo a Domicilio (aplicable al caso de la indumentaria) que establece que todos los actores involucrados en la cadena (desde la marca hasta los talleristas, incluyendo a los intermediarios) son co-responsables por las condiciones de trabajo en toda la cadena. Sin embargo, la falta de control estatal ha posibilitado que la práctica de terciarizar la producción física de la indumentaria en este tipo de talleres se generalice sin riesgos para los empresarios. En resumen, esta cadena de responsabilidades no cumplidas permite que la marca tenga una ganancia más de 15 veces mayor a la de la costurera que cose sus prendas. Desde el anio 2004 la Asamblea Popular de Parque Avellaneda (más conocida como “La Alameda”) denuncia la existencia de talleres de costura clandestinos en la ciudad y sus alrededores. Sus reclamos tomaron eco con una tragedia producida en marzo de 2006, cuando seis ciudadanxs bolivianxs murieron en un incendio en un taller por estar encerradxs bajo llave y no poder escapar. Hoy la problemática está frecuentemente presente en los medios. La lucha de La Alameda apunta precisamente a ejercer presión política sobre la Justicia y el gobierno nacional para el cumplimiento de la referida Ley y para aumentar la presión inspectiva (hoy en manos del gobierno local). Ello ha llevado incluso a una presión inspectiva mayor y a una leve mejora de las condiciones en que se vive en muchos de los talleres. A su vez, La Alameda también ha formado una cooperativa en la que trabajan mujeres que han sido víctimas de esta problemática. La respuesta de gobierno nacional ha sido contraria a los reclamos de La Alameda: la presidente ha recientemente lanzado un proyecto de Ley redactado por los empresarios del sector, que busca precisamente deslindar a las marcas de toda responsabilidad legal fuera de su ámbito directo. La aprobación de este proyecto de ley derivaría sin dudas en una profundización de la problemática. En suma, se concluye que solo la lucha de lxs trabajadorxs organizadxs ha logrado mejorar la situación. En este sentido, se espera que este estudio resulte en herramientas concretas para mejorar la lucha de estxs trabajadorxs, en la búsqueda también de desvincular a la geografía de su origen al servicio de las clases dominantes y acercarla a las numerosas luchas obreras que hoy en día se multiplican en América Latina.