RELACIÓN ENTRE EL PELIGRO SÍSMICO DETERMINADO PARA LA REGIÓN CENTRO?OESTE DE ARGENTINA Y LA MORFOLOGIA DE LA PLACA DE NAZCA SUBDUCIDA

GREGORI, D.; ALVARADO, P.; GUSPI, F.; SAEZ, M.

Neuquen, Argentina

Congreso; XVIII CONGRESO GEOLÓGICO ARGENTINO; 2011

Asociación Geológica Argentina

A partir del análisis sistematizado de la sismicidad histórica y moderna a escala local es posible interpretar su vinculación con las estructuras geológicas que la produce y el tipo de deformación sísmica de las mismas. En la región centro-oeste de Argentina se ha observado una actividad sísmica significativa dentro de la corteza continental de la placa Sudamericana de poca profundidad (menor que ~35 km). Esta actividad de intraplaca se localiza en la faja plegada y corrida de Precordillera y en los bloques de basamento con deformación de piel gruesa de las Sierras Pampeanas (Ramos et al., 2002). Ejemplos de esta actividad son los terremotos ocurridos en 1861, 1894, 1944, 1952 y 1977 que han causado numerosas víctimas fatales y gran destrucción en la historia de nuestro país (Castellanos, 1944; Volponi et al., 1978; Zamarbide y Castano, 1993; INPRES, 2010). Estos eventos registraron magnitudes del orden de 7.0 o mayores e intensidades sísmicas máximas de Mercalli Modificada de IX en la zona epicentral correspondiente (Kadinsky-Cade, 1985; Langer y Hartzell, 1996; Chiaramonte et al., 2000; Alvarado and Beck, 2006). Experimentos sismológicos temporarios desplegados en esta zona han determinado localmente la estructura y los parámetros geofísicos de la corteza y manto superior (Regnier et al., 1992; Smalley et al., 1993; Wagner et al., 2005; Alvarado et al., 2009). A partir de la información sismológica histórica y moderna recopilada para los últimos 300 años en la región andina de retroarco comprendida entre los 30ºS y 35ºS (Gregori, 1993) y los estudios neotectónicos disponibles para esta zona (Siame et al., 1997, 2002 y 2005; Costa et al., 2000; Perucca y Paredes, 2003) se ha evaluado el peligro sísmico en forma probabilística. Esta determinación toma en cuenta la cuantificación de diferentes zonas sismogénicas y su comparación con leyes de atenuación para otras regiones corticales activas del mundo (Abrahamson y Silva, 1997). Así, es posible identificar zonas expuestas a un peligro sísmico mayor que otras donde puede esperarse que la aceleración del suelo supere un cierto valor umbral luego de un intervalo de tiempo determinado. En el presente trabajo, se muestra una comparación entre el mapa de peligro sísmico para un período de retorno de 2475 años obtenido para la región andina de retroarco situada entre 30ºS y 35ºS y la morfología de la placa de Nazca subducida determinada por estudios locales de localización y relocalización de sismos de profundidad intermedia (Anderson et a., 2007) e investigaciones magnéticas de detalle (Yañez et al., 2001) (Figura 1). En la misma, se observa una buena correlación entre las zonas de mayor peligro sísmico de fuentes corticales y la región donde la placa de Nazca subduce en posición horizontal a unos 100 km de profundidad, aproximadamente. Esta región coincide con el segmento para el cual se ha sugerido la continuación de la dorsal de Juan Fernández subducida, extendiéndose por unos 400 km en dirección nor-noreste bajo Sudamérica (Cross y Pilger 1982; Gutscher et al., 2000). Estos resultados podrían estar indicando que la dorsal de Juan Fernández en subducción (asociada a espesores anómalos engrosados de la corteza oceánica subducida conteniendo fracturas, fallas y un relieve probablemente irregular de montes submarinos que ya fueron subductados), podría estar causando una mayor velocidad de generación de sismos corticales y de mayor magnitud resultando en un mayor peligro sísmico para las zonas andinas de retroarco alrededor de 31ºS en comparación con los segmentos vecinos donde la inclinación de la placa de Nazca es mayor.