Compuestos antimicrobianos en cáscaras de girasol. Potencial aplicación de un subproducto de la industria aceitera.

REGENTE, MARIANA; VAZQUEZ, DIEGO MARTÍN; PINEDO, MARCELA; DE LA CANAL, LAURA

Balcarce

Taller; Pretaller ASAGIR 2014; 2014

Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR)

Las plantas sintetizan un importante número de compuestos bioactivos que las protegen naturalmente de los patógenos que encuentran en su ambiente y muchos de ellos tienen potencial como pesticida biológico. Así, las plantas son reconocidas como una fuente importante de compuestos antimicrobianos (AMCs) entre los que se encuentran diversas proteínas y péptidos (Broekaert et al. 1997, Benko-Iseppon et al. 2010), como así también metabolitos secundarios, incluyendo ácidos fenólicos, terpenos, flavonoides, taninos, aceites esenciales y alcaloides (Castillo et al. 2012). Por otra parte, las cáscaras de girasol constituyen un subproducto poco valorizado de la industria aceitera que incluso suele ser considerado como un residuo (Pickard 2005). En este trabajo se propone como objetivo general evaluar la cáscara de girasol como potencial fuente de AMCs. A partir de cáscaras de girasol se obtuvieron fluidos extracelulares conteniendo péptidos y proteínas (EP) y extractos etanólicos conteniendo compuestos fenólicos (EF). Ambas muestras fueron fraccionadas mediante cromatografía en fase reversa HPLC, cuyos perfiles fueron evaluados en su capacidad para inhibir la germinación de las esporas del hongo fitopatógeno Fusarium solani. En la muestra EP se detectó un pico peptídico hidrofóbico con actividad antifúngica. Se avanzará en la identificación de este AMC mediante secuenciación amino terminal y espectrometría de masa. Por otra parte, a partir de la muestra EF se obtuvo un pico mayoritario a homogeneidad aparente que mostró la capacidad de inhibir la germinación de esporas de F. solani. La identidad de este compuesto está siendo estudiada. Los resultados obtenidos permitieron la detección de compuestos tanto de origen peptídico como fenólico con propiedades antifúngicas dando lugar a considerar la cáscara de girasol una potencial fuente de AMCs con aplicaciones en la agricultura como fungicidas biológicos.