Alimentación artificial de colonias apis mellifera con jarabes adicionados con imidacloprid

MICHLIG, MELINA P.; PACINI ADRIANA C.; ORELLANO EMANUEL M.; BRASCA, ROMINA; DEMONTE, LUISINA D.; MAGNI, FLORENCIA V.; MERKE, JULIETA; REPETTI, MARÍA R.

CABA

Congreso; Congreso Argentino de Apicultura; 2021

S.A.D.A Sociedad Argentina de Apicultores

Los insecticidas de la familia de los neonicotinoides aplicados en semillas pueden translocar al polen y néctar de las plantas tratadas y ser un riesgo potencial para los insectos polinizadores, entre ellos las abejas melíferas. En nuestro país el neonicotinoide más utilizado es el imidacloprid. Por consiguiente, en un trabajo previo nos propusimos evaluar esta capacidad de translocación del imidacloprid en polen y néctar de girasol. Para ello, durante dos años consecutivos, se sembraron tres parcelas con plantas de girasol; una de ellas sin tratamiento (control) y dos de semillas curadas con la dosis indicada por el marbete y el doble de esta dosis. Teniendo en cuenta las concentraciones encontradas en las plantas de girasol, de inclusive 20 µg kg-1 en los nectarios florales, se desarrolló un estudio que consistió en la alimentación artificial de colonias Apis mellifera con jarabes adicionados con imidacloprid. Las 30 colonias, ubicadas en un apiario de la Experimental INTA Rafaela, fueron divididas en cinco grupos alimentados con diferentes dosis del insecticida: control, 15, 30, 120 y 240 µg kg-1. A lo largo del período de alimentación, siete semanas de septiembre a octubre, se registró la población de abejas, la superficie de cría, como así también las reservas de polen y miel de cada una de las colmenas. Además, se tomaron muestras de abejas, larvas, miel y cera para evaluar la distribución del imidacloprid dentro de la colmena. No se observó diferencia en la población de abejas adultas y cría y la presencia de reservas en los diferentes grupos de colmenas. En las larvas, en general, no se detectaron residuos de imidacloprid. No obstante, las concentraciones halladas en abejas, miel y cera presentaron correlación con las dosis suministradas. Realizando un balance de masa, del total de imidacloprid adicionado (mg) durante las siete semanas hasta un 60% fue encontrado en la miel.