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Los polímeros biodegradables de base biológica han despertado especial interés en la industria del embalaje de alimentos ya que podrían ayudar a reducir el impacto ambiental. Dos de los biopolímeros comerciales más atractivos dentro de esta industria son el poli(ácido láctico) (PLA) y el poli(3‐hidroxibutirato) (PHB). Además, se ha comprobado que mezclar ambos polímeros produce un efecto sinérgico en las propiedades finales del material. Asimismo, la adición de nanopartículas al envase polimérico permite modular ciertas características específicas, muy interesantes a la hora de diseñar un material de empaque, como la capacidad de barrera, la resistencia mecánica y la estabilidad térmica.En este trabajo, se desarrollaron mezclas de PLA/PHB (60:40 en peso), plastificadas con 15% de tributirin (TB) y reforzadas con 2% de nanopartículas de quitina (NPQ). Se estudiaron los materiales para su posible aplicación como envases alimentarios. La quitina presenta importantes ventajas como no toxicidad, baja densidad, biodegradabilidad, biocompatibilidad y, especialmente, actividad antimicrobiana. Las NPQ fueron sintetizadas a partir de quitina purificada en polvo (Merck) mediante un proceso de hidrólisis utilizando una solución de HCl (3 mol/L), a 90°C durante 90 min con agitación constante, según Gopalan. La suspensión resultante se diluyó, se llevó a pH neutro y, finalmente, se liofilizó 3 días para recuperar el biopolímero en tamaño nanométrico (dimensiones promedio: 300 nm x 40 nm). Posteriormente, se procesaron las películas nanocompuestas basadas en PLA/PHB/TB y las respectivas con NPQ, mediante mezclado en fundido en un mezclador Brabender a 185°C durante 5 min a 60 rpm. Por último, se moldearon las películas por compresión en prensa hidráulica 3 min a 190°C y 5 MPa.

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