INVESTIGADORES
LÓPEZ Cristian Ariel
congresos y reuniones científicas
Título:
Relaciones entre la Flecha del Tiempo y la Ontología
Autor/es:
CRISTIAN LÓPEZ; NICOLÁS MOYANO LOZA
Lugar:
Santiago de Chile
Reunión:
Encuentro; VIII Encuentro de Filosofía e Historia de la Ciencia del Cono Sur; 2012
Institución organizadora:
Asociación de Filosofía e Historia de la Ciencia del Cono Sur (AFHIC)
Resumen:
El problema de la flecha del tiempo debe su origen a la asimetría intuitiva entre el pasado y el futuro. El orden temporal del mundo es experimentado como si estuviera “dirigido”: si dos sucesos no son simultáneos, uno es anterior al otro. Por otro lado, vivimos en un mundo repleto de procesos que nunca ocurren en la dirección opuesta: los cigarrillos se consumen pero, lamentablemente para los fumadores que se quedan sin tabaco, nunca se regeneran. Por lo tanto, si concebimos el problema de la flecha del tiempo como la pregunta “¿Existe la flecha del tiempo?”, podemos solucionarlo basándonos en algunas de nuestras experiencias más firmes: hay una diferencia que no es meramente convencional entre las dos direcciones del tiempo, y la dirección privilegiada, que llamamos ‘futuro’, es la dirección en la que evoluciona una gran variedad de procesos que nos resultan familiares. Sin embargo, éste no es el problema de la flecha del tiempo tal como fue concebido en los fundamentos de la física desde el nacimiento de la termodinámica. En este contexto, la dificultad consiste en encontrar un correlato físico para la diferencia experimentada entre las dos direcciones temporales. Si tal asimetría temporal no existiera, tampoco sería necesario pedir que la física nos diera una explicación de ésta. Es precisamente debido a la “direccionalidad” de nuestra experiencia que deseamos encontrar esta característica en las descripciones de la física. Pero, entonces, no podemos proyectar nuestras experiencias y observaciones temporalmente asimétricas sobre la solución del problema de la flecha del tiempo sin caer en una petición de principio. Para evitar este problema, algunos autores adoptan una postura atemporal en la que las nociones de pasado, presente, y futuro no desempeñan ningún papel relevante para caracterizar al tiempo. Desde esta perspectiva, el problema la flecha del tiempo ya no consiste en encontrar un correlato físico para estas nociones, sino que, en el contexto de la relatividad general, se convierte en el siguiente: ¿es posible encontrar una diferencia entre dos direcciones temporales basándose en propiedades puramente geométricas del espacio-tiempo? La respuesta a esta pregunta es que, aunque las ecuaciones de campo de Einstein son invariantes bajo inversión temporal, es posible encontrar (después de establecer ciertas restricciones topológicas sobre el espacio-tiempo) soluciones temporalmente asimétricas. Ahora bien, dado que estas soluciones describirían la totalidad del universo, carecería de sentido preguntar cual es la solución adecuada. De este modo, el universo presentaría una asimetría a lo largo de la dirección temporal, y, con esto, una diferencia entre dos direcciones del tiempo. Sin embargo, el problema original era encontrar una dirección privilegiada, pero la respuesta geométrica no puede dar una respuesta a esta cuestión; sólo nos dice que las propiedades geométricas del espacio-tiempo establecen una diferencia entre dos direcciones. Así, caemos en un dilema: o bien decidimos que una de las direcciones es la privilegiada basándonos en alguna característica ajena a la geometría, o bien establecemos una diferencia entre el tiempo de sentido común y el tiempo físico. Si adoptamos la primera opción, caemos en una petición de principio similar a la de proyectar nuestras experiencias temporalmente asimétricas; si adoptamos la segunda, debemos establecer en qué consiste esa diferencia. Dado que una petición de principio no parece la estrategia más viable, nos concentraremos en la segunda. El objetivo de este trabajo consistirá en mostrar que el tiempo físico no posee las propiedades que generalmente se atribuyen al tiempo (flujo, dirección privilegiada), sino que es un ordenamiento matemático que pretende coordinar los procesos de cambio locales. La razón por la cual es llamado ‘tiempo’ no depende de ninguna característica intrínseca, sino, justamente, de que es aplicable a lo que pueden ser denominados ‘cambios locales’. Ahora bien, dada esta diferencia, el problema de la flecha del tiempo en física no puede consistir en encontrar una dirección privilegiada, sino en establecer una diferencia entre las dos direcciones posibles dentro de un orden matemático global. En este sentido, la propuesta basada en la asimetría geométrica del espacio-tiempo parece ser una respuesta adecuada.