El concepto de Terrorismo de Estado y sus implicancias durante la reapertura democrática

LEANDRO MOLINARO; DIEGO CERUSO

GENERAL SARMIENTO

Jornada; Vº Jornadas de Trabajo sobre Historia Reciente; 2010

UNIVERSIDAD NACIONAL DE GENERAL SARMIENTO

La presente ponencia ofrece una mirada acerca de una de las problemáticas en torno a la elaboración de la memoria dominante construida a partir de la reapertura democrática de 1983 sobre la violencia política ocurrida durante la década de 1970. El objetivo central de este trabajo reside en analizar uno de los aspectos teóricos implícitos en el concepto de Terrorismo de Estado por parte de un Estado que pretendía presentarse como regulador neutral de la sociedad civil. En cuanto a la organización de este trabajo, en el primer apartado nos centramos en algunas definiciones acerca de los conceptos de memoria y Estado. Partimos desde una definición del Estado en términos clasistas, es decir, como una entidad cuyo fin radica en la reproducción del sistema capitalista y en la defensa de los intereses de la burguesía como clase dominante. En la segunda parte de la ponencia presentamos el caso argentino con la intención de establecer el marco en el cual la noción de Terrorismo de Estado fue consolidada. Centrándonos en la memoria dominante construida a partir de 1983,intentamos dar cuenta de la especificidad del proceso histórico en el cual fue elaborado este relato y la utilización que el Estado hizo del mismo. La problemática específica del concepto de Terrorismo de Estado es planteada en el tercer apartado. Sosteniendo que una de las premisas teóricas de este concepto es la de presentar al Estado como organizador imparcial de la sociedad civil, postulamos, por el contrario, que el mismo posee una identidad de clase. Entendemos que el concepto de Terrorismo de Estado colaboró en el enmascaramiento de esta identidad permitiéndole al Estado situarse nuevamente como un regulador de la sociedad en búsqueda del proclamado bien común. En conclusión, el planteo de la ponencia gira en torno a pensar uno de los aspectos mediante el cual la elaboración de una memoria dominante acerca de lo acontecido durante la década de 1970 le permitió al Estado legitimarse y estructurar los consensos necesarios para la consolidación del nuevo orden social inaugurado en 1983.