INVESTIGADORES
VACCARI AndrÉs
artículos
Título:
El transhumanismo como opiáceo tecnocientífico
Autor/es:
ANDRÉS VACCARI; JAIME FISHER
Revista:
Pensando: Revista de Filosofía
Editorial:
Universidade Federal do Piauí
Referencias:
Lugar: Teresina; Año: 2020 vol. 11 p. 2 - 14
ISSN:
2178-843X
Resumen:
Es paradójico que nuestra era de la ciencia y la razón haya producido cultos irracionales que encumbran a la tecnología como panacea. Uno de estos cultos ha sabido aprovechar el atractivo de la promesa tecnocientífica para sus propios fines. En particular, el transhumanismo promueve la idea de que el cambio tecnocientífico, más temprano que tarde, hará posible mejorar las capacidades físicas y mentales humanas, al grado de alcanzar la ?inmortalidad? o, por lo menos, expandir la longevidad en forma sustancial. En el extremo, se pretende controlar y dirigir la evolución humana hacia una nueva especie posthumana: el homo excelsior. Junto a los avances y promesas de la ingeniería genética y la biología sintética, la manifestación más conocida de esta misma idea, fundada en la IA fuerte, es el advenimiento de la singularidad; esto es, la creación de una máquina inteligente capaz de diseñar mejores versiones de sí misma, hasta el punto en que el ser humano sea innecesario y, al menos bajo su forma biológica actual, resulte tan inútil como irrelevante. En este artículo pretendemos explorar dos ideas convergentes. Primero, la noción de un mejoramiento espiritual por medio de la modificación de nuestras capacidades cognitivas (cognitive enhancement); y en segundo lugar, queremos reflexionar sobre cierta idea sugerida por McDermott en su ?Technology: The Opiate of the Intellectuals?, en clara alusión a las religiones y al marxismo. En suma, nuestra era atestigua una tendencia a cierta ?racionalidad? tecnológica que es indistinguible de la irracionalidad. El vínculo entre religión y tecnología es hoy más fuerte que nunca. Como argumentamos, esta relación ha llegado a un punto crítico del que parece no haber vuelta atrás. La versión opiácea del transhumanismo no reconoce límites. Urge imponerle algunos, en particular por sus implicaciones ideológicas, éticas y políticas.