INVESTIGADORES
MACHADO ARÁOZ Horacio Alejandro CÉsar
congresos y reuniones científicas
Título:
Postextractivismo y Alternativas Sistémicas
Autor/es:
HORACIO MACHADO ARÁOZ
Lugar:
Salvador de Bahía
Reunión:
Congreso; III Congresso Latino-americano de Ecología Política; 2019
Institución organizadora:
Universidade Federal de Bahía - CNPq - CLACSO
Resumen:
Durante la primera década del siglo, en pleno apogeo del “giro a la izquierda” que desde Sudamérica emergía como un faro que irradiaba esperanza hacia el resto del mundo, la noción de “extractivismo” empezó a circular en el campo académico y en el político como un enfoque crítico: primero para plantear algunas advertencias sobre el rumbo de los procesos en curso; luego, para señalar lo que se evidenció como una brecha creciente entre la retórica y la política de los gobiernos progresistas. En plena expansión, esas críticas fueron sistemáticamente ignoradas; incluso, descalificadas. Desde la oficialidad del poder, líderes políticos e intelectuales vinculados a tales gobiernos, señalaron -de buena o de mala fe- que esas críticas eran “de derecha” (las asociaban a un ecologismo de clase media, ajeno a las necesidades y prioridades de los sectores populares) y/o “funcionales a la derecha” (tenían el efecto de afectar negativamente una gestión gubernamental que se mostraba “exitosa” en el plano social, económico y electoral).Desde entonces a esta parte, pasamos de la época del crecimiento a “tasas chinas”, de expansión del consumo y las infraestructuras megalómanas (IIRSA), a un nuevo período de ajuste estructural y planes económicos monitoreados por el FMI. La ralentización de la demanda del gigante asiático y los correlativos movimientos espasmódicos de la cotización mundial de las commodities, tuvieron efectos fuertemente desestabilizadores en nuestras sociedades; no sólo en lo macroeconómico, sino sobre todo en los distintos planos de lo político. Los progresismos pasaron de su momento de auge, al de decadencia; para peor, al fin de ciclo, le sucedió la violenta asonada de las nuevas caras de la derecha (sensu Traverso, 2018). Mientras años atrás las fuerzas progresistas en el gobierno aglutinaban apoyos prometiendo una vía de superación al neoliberalismo, hoy tratan de retener o recuperar el control del estado llamando a luchar contra el neofascismo. Y sin embargo, ante tanto cambio (del Brasil del PT al de Bolsonaro; del ‘curso inverso’ mexicano, de Peña Nieto al gobierno de AMLO; del correísmo al morenismo en Ecuador; la aparente hegemonía evista y la impotencia de las alternativas en Bolivia; la derecha que se muestra incólume en Colombia, Perú y Chile; el progresismo gris del Frente Amplio; la debacle económica y la deriva autoritaria de Maduro en Venezuela y de Ortega en Nicaragua; y en nuestro caso, Argentina, que parece sumida a los vaivenes de “la grieta”); ante las enormes diferencias que cabe reconocer entre los distintos gobiernos, proyectos y situaciones que muestra el escenario regional hoy, lo único que parece ser un denominador común, desde el Sur del Río Bravo a la Patagonia, de costa pacífica a la atlántica, es el de ser sociedades atravesadas (territorios arrasados) por diferentes modulaciones y declinaciones del “extractivismo”. Mientras las derechas lo ejercen sin pudor e inescrupulosamente, manu militari, las (dichas) izquierdas apelan al “extractivismo”, ahora, como medida inexorable para “capear la crisis”. Nuestras sociedades parecen afrontar un chantaje perverso de juegos fantasmáticos, obligadas a oscilar entre el fantasma del fascismo y la fantasía del progresismo. Bajo una u otra forma, lo único que parece inmutable es la continuidad del sendero de explotación de la Naturaleza americana. Más allá de las mutaciones y variantes ensayadas, ya en sus formas progresistas y neodesarrollistas, ya bajo modalidades abiertamente neofascistas y reaccionarias, la economía política de las sociedades latinoamericanas sigue sumergida bajo la imparable voracidad geofágica del capital global, que “nos condena” a ser sus proveedores “naturales” de materias primas. De uno y otro lado se nos dice “no hay alternativa”. La nueva derecha y la vieja izquierda, cada una a su modo, se empeñan, por la vía de la naturalización del extractivismo, no ya en negar las alternativas, sino en destruirlas y arrancarlas de cuajo. En este escenario, desde la perspectiva de la ecología política del sur, pensamos que para avizorar alternativas, emancipatorias y realistas a la dominación/explotación racista-clasista-patriarcal del régimen del capital, es imprescindible re-pensar radicalmente la cuestión primordial de la Tierra. Pensar la Tierra como cuestión ontológica y como cuestión política. Las discusiones abiertas en y desde América Latina sobre el así llamado “extractivismo” - no sólo los cuestionamientos producidos en el campo teórico, sino sobre todo desde las batallas libradas por comunidades afectadas y movilizadas en defensa de sus territorios- han venido dando pasos que nos parecen claves; generando aportes que tienen un gran potencial para esclarecer el rumbo a seguir, si nuestras opciones van por la tierra prometida de la libertad, la igualdad y la justicia. En pos de explicitar esos aportes, en este texto retomamos nuestros argumentos en torno al “extractivismo”, a las implicaciones ecobiopolíticas de los regímenes extractivistas y a lo que significaría /demandaría construir realmente alternativas (civilizatorias).