INVESTIGADORES
MACHADO ARÁOZ Horacio Alejandro CÉsar
capítulos de libros
Título:
Minería transnacional y neocolonialismo. Cuerpos y territorios en las disputas coloniales de nuestro tiempo
Autor/es:
MACHADO ARÁOZ, HORACIO
Libro:
Resistencias Populares a la Recolonización del Continente. Primera Parte
Editorial:
América Libre
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2010; p. 289 - 327
Resumen:
La asociación de ‘minería’ con ‘desarrollo’ constituye uno de los ‘argumentos’ predilectos del discurso oficial minero, esto es, del discurso divulgado desde los centros de producción de los sentidos hegemónicos. Develar que hay detrás de esta engañosa identificación entre ‘minería’ y ‘desarrollo’ nos lleva a lo más profundo y complejo de las implicaciones de la minería moderna y contemporánea para nuestros pueblos, culturas y territorios: la cuestión del colonialismo y de la colonialidad. Prácticamente inescindibles, colonialismo y colonialidad refieren a dos aspectos diferenciables de un mismo y único fenómeno histórico-geográfico: el de la expansión imperial de Occidente y la conquista/producción colonial del mundo operada por éste, de allí en más, (auto)concebido -en clave evolucionista y falazmente universal- como ‘la’ civilización humana. Mientras el colonialismo alude a los procesos histórico-geográficos de despojo y destrucción material de los pueblos y las culturas no-occidentales y a la imposición de un nuevo régimen de relaciones sociales fundado en la explotación sistemática de sus territorios y sus cuerpos, la colonialidad, por su parte, expresa la inscripción de tales procesos en el suelo de positividad de lo real (Foucault, 2002); da cuenta de la eficacia performativa de la episteme moderna, en cuanto régimen de poder-saber que produce la nueva realidad colonial del mundo. En la materialización histórico-geográfica de ese complejo proceso de ‘producción colonial del mundo’, tanto ‘América Latina’ como la ‘minería moderna’ ocupan un lugar políticamente destacado. En cuanto al enunciado ‘América Latina’, es claro que su originaria ‘conquista y colonización’ constituye, en rigor, el capítulo fundacional del orden colonial moderno y el punto de partida de conformación de la economía-mundo capitalista. La minería, por su parte, guarda estrechos e inocultables vínculos necesarios con el origen y avance de la empresa colonial: el ‘desarrollo minero’ ha sido no sólo un dispositivo de poder determinante en la subyugación y sometimiento de los territorios y poblaciones colonizadas, sino también, una fuente fundamental de provisión de bienes y servicios ambientales que ha subsidiado el expansionismo consumista de los ‘países desarrollados’, finalmente plasmado en el reparto imperial del mundo.