LA TRAZA Y LA MANCHA Los corredores viales en los procesos de expansión y complejización de la estructura urbana de la ciudad de Santa Fe.

ESTEFANÍA SZUPIANY

San Juan

Otro; IV Clínica de Tesis Doctoral; 2017

Red de Doctorados en Arquitectura y Urbanismo de Universidades Públicas y Sudamericanas

Resulta poco frecuente encontrar hoy centros urbanos que no hayan sido alcanzados por el fenómeno de la expansión urbana y/o territorial.El estudio de sus manifestaciones locales derivó en la proliferación de conceptos pertinentes a diversos contextos y escalas geográficas. Términos como contraurbanización, suburbanización, periurbanización, rururbanización, etc., surgieron para explicarla complejización de los procesos de urbanización; al tiempo que términos como aglomeración, Gran Ciudad, conurbación, área metropolitana, región metropolitana, metápolis, megalópolis, para delimitar la ciudad real o funcional contemporánea. Entre las diversas modalidades que asume la expansión del tejido urbano, su extensión a partir de las principales vías de comunicación vehicular se ha convertido en un patrón dominante de crecimiento, promovido por el aumento progresivo de la automovilidada lo largo del siglo XX. Así, la creciente interacción entre la traza y la mancha deviene en un mecanismo complejo del cambio espacial, cuya relación supone la superación de análisis causales y reduccionistas. Ahora bien, esta urbanidad impulsada a partir de la traza, responde a un proceso de expansión no planificado, a una forma de organización distributiva que prevé para las infraestructuras viales un rol económico basado en la expansión de plusvalías urbanas y en la diferenciación espacial. Al tiempo que crea múltiples conexiones, distribuye inequitativamente el nivel de los servicios, promueve valores diferenciales del suelo urbano y desatiende ciertos motivos de viajes. En este sentido, las infraestructuras de conexión, soportes del actual modelo de difusión, se convirtieron en motores de la fragmentación del espacio urbano, derivando en una disminución de los contactos entre ciudadanos en detrimento de la sociabilidad cotidiana, y en la dominación de los espacios de circulación por sobre los espacios de encuentro. Ésta reducción progresiva de los intercambios sociales, impone nuevos límites que segregan y expulsan dentro del mismo territorio lo considerado diferente, y la ciudad ya no es lo que históricamente fue: un espacio limitado que permitía prácticas ilimitadas, perdiendo progresivamente lo que en esencia es: contacto, regulación, intercambio y comunicación (Rueda, 1997) .Definido así el objeto de estudio ?corredores viales y expansión urbana, traza y mancha respectivamente-, se plantean los siguientes interrogantes: ¿Cómo se relaciona el territorio emergente de los procesos de expansión urbana con las dinámicas de movilidad manifiestas en los corredores viales? ¿Por qué la expansión territorial configurada a partir de los corredores viales, deviene en procesos fragmentarios y en la disminución de la experiencia colectiva en el espacio urbano? ¿Cómo intervienen las políticas de planificación territorial en estos procesos de expansión fragmentarios? Resolver estos interrogantes desde la perspectiva de la planificación territorial, implica insertar la problemática en el marco de los debates contemporáneos en torno a los conceptos de territorio y movilidad, en tanto dimensiones teóricas emergentes de la interaccióntraza y mancha, como así también en las discusiones surgidas en el seno mismo de la disciplina.