BECAS
BRITOS CASTRO Ana Victoria
congresos y reuniones científicas
Título:
El asalto a la democracia, la irrupción de los movimientos indígenas de América Latina
Autor/es:
ANA VICTORIA BRITOS CASTRO
Lugar:
Bahía Blanca
Reunión:
Congreso; XI Congreso SOLAR. Desde nuestro Sur mirando a NuestrAmérica; 2008
Institución organizadora:
Departamento de Humanidades. Universidad Nacional del Sur
Resumen:
En vísperas del bicentenario de la institución de las repúblicas en Argentina y en el resto del continente, nuestra reflexión se dirigirá a una realidad que esas instituciones, desde su surgimiento, violentaron o no reconocieron en su diferencia. Históricamente, el proceso de consolidación de nuestras ?democracias? negó los derechos culturales y políticos de los pueblos indígenas de América Latina. Pensar en la diferencia olvidada, pensar desde el indígena, a partir de sus demandas, de sus luchas y reivindicaciones históricas, supone para nosotros discutir, a doscientos años del inicio de la conformación de las repúblicas, la democracia misma, o la posibilidad de nuevas formas democráticas. Consideramos que si en estos momentos de conmemoración histórica no se ponen sobre la mesa estas temáticas corremos el riesgo de repetir la violencia que implica la omisión de esta realidad. El presente trabajo muestra a un sujeto colectivo que se da íntegramente en espacios públicos, nos preguntamos: ¿Qué sujeto y en qué espacios públicos? Dar cuenta de los movimientos indígenas implica poder decir algo respecto de su estrategia de acción política, y de su emergencia en un espacio público (ya) determinado. Existe una complejidad cultural, histórica y social arraigada en este sujeto, y por ende en su praxis política, que provoca un dislocamiento, un quiebre en el sistema vigente. Entonces, ¿cómo hace política un grupo, cuyas técnicas y lógicas organizativas son radicalmente diferentes a la política instituida, hegemónica, y a sus modos de legitimación? Mientras la estrategia política hegemónica simplemente asimile a estos grupos sociales todos los conflictos que surjan serán irresolubles. Por eso afirmamos que sólo se puede plantear el problema indígena desde la misma práctica del movimiento. Es necesario aclarar que no pensamos en el movimiento indígena como El sujeto político por excelencia, universal y único, motor de todo cambio posible; no tenemos esa melancolía de un ?sujeto histórico?. Es sólo uno, uno más, de los sujetos oprimidos en nuestro continente y que luchan por su dignidad.