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A principios de la década de 2000 la Quebrada de Humahuaca (Jujuy, Argentina) consiguió la distinción UNESCO de Patrimonio de la Humanidad (2003). Este acontecimiento que le otorgó gran visibilidad, e incentivó numerosas inversiones en equipamiento turístico, potenció a sus pueblos como destinos turísticos, es decir, lugares con una valoración positiva que genera interés en visitarlo, y a su vez poseen los servicios necesarios para recibir a los turistas. La información estadística de la provincia indica que la Quebrada de Humahuaca contaba con 49 alojamientos en 2003, elevándose a 136 en 2010. Sin embargo, no todos los pueblos de la Quebrada han formado parte de este intenso crecimiento. Una de las localidades que registró mayor incremento de hospedajes para turistas en las últimas décadas es Purmamarca. Mientras que en la década de 1990 sólo se contabilizaron algunas casas de familia para alojarse, en la actualidad son más de 50 los alojamientos turísticos en Purmamarca. En términos generales, el equipamiento para los visitantes puede describirse como una oferta exclusiva para un público selecto, que contribuyen a la transformación y caracterización de Purmamarca en un ?pueblo boutique?, como esta siendo reconocido en los últimos años. Los establecimientos turísticos de Purmamarca han adquirido características propias dentro de la oferta hotelera de la Quebrada. Es en este contexto que nos preguntamos, ¿cuáles son las características de los alojamientos que forman parte de la construcción de la imagen distintiva que Purmamarca adquirió en los últimos años? En este trabajo nos proponemos indagar sobre las características del desarrollo hotelero, considerando tanto los tipos y cantidades de establecimientos, como las características del servicio que ofrecen y los modos en que son representados.

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